Bankinter ha revelado en su reciente presentación de resultados que, a partir de ahora, los bancos registrarán el nuevo impuesto específico para el sector de forma trimestral, en lugar de hacerlo únicamente en el primer trimestre del año como se hacía anteriormente. Esta modificación es parte de un rediseño del gravamen aprobado por el Parlamento a finales de 2024, que transforma lo que anteriormente se consideraba una prestación no tributaria en un impuesto efectivo.
Durante los ejercicios de 2023 y 2024, este gravamen no exigía una contabilización habitual, pero la nueva normativa permite que su base se devengue a lo largo del año y que el pago se registre trimestralmente. En contraste, en los dos años previos, el impuesto se contabilizaba en su totalidad al inicio del año, aunque se fraccionaba en dos pagos: un primer abono del 40% en junio y un segundo del 60% en septiembre.
El nuevo diseño también introduce una deducción del 25% por impuesto de sociedades, lo que podría llevar a algunas entidades a no tener que afrontar el pago
Bankinter, que reportó un beneficio de 270 millones de euros en el primer trimestre, un aumento del 34,5% interanual, anunció que no tendrá que realizar el pago del impuesto gracias a dicha deducción. Para el año 2026, las proyecciones apuntan a que el importe a pagar podría ser «de cero o casi cero». Una situación similar ha sido reportada por ING España, que también indicó que no tendría que hacer frente al gravamen debido a las nuevas condiciones.
Finalmente, otro de los cambios significativos aprobados es el tránsito de un tipo único del 4,8% sobre los ingresos del año previo a un modelo progresivo de cinco tramos: del 1% para los primeros 750 millones de euros; 3,5% hasta los 1.500 millones; 4,8% hasta los 3.000 millones; 6% hasta los 5.000 millones; y un 7% para ingresos superiores a los 5.000 millones de euros. Esta modificación busca una mayor equidad en el pago de impuestos dentro del sector bancario.
