Los principales fabricantes de automóviles alemanes han experimentado ligeras alzas en sus acciones, justo un día después de los resultados preliminares de las elecciones generales del 23 de febrero en Alemania. En la jornada de este lunes, Mercedes-Benz subió un 1,45%, alcanzando los 59,65 euros por acción; en lo que va de 2025, el grupo ha crecido un 10,87%. Por su parte, Grupo Volkswagen vio un incremento del 2,58% en su cotización, cerrando en 101,45 euros por título, lo que representa un crecimiento del 13,94% hasta la fecha. Finalmente, BMW Group cerró con un alza del 0,97%, dejando sus títulos en 83,38 euros, acumulando un crecimiento del 5,57% en este año.
La Unión Democristiana/Unión Social Cristiana (CDU/CSU) ha ganado las elecciones legislativas al conseguir el 28,6% de los votos. Según la Comisión Electoral alemana, la CDU dirigida por Friedrich Merz ha logrado el 22,6%, complementado por el 6% de la CSU. A continuación, Alternativa para Alemania (AfD) ha obtenido el 20,8%, marcando su mejor resultado histórico.
La analista de MFS Investment Management, Annalisa Piazza, señala que estos resultados se alinean con las expectativas de los analistas y apuntan a que Merz será el próximo Canciller de Alemania, iniciando las conversaciones para formar un nuevo Gobierno. Se espera que las negociaciones impliquen una gran coalición con el SPD, dado que Merz ha rechazado cualquier colaboración con la extrema derecha.
El nuevo gobierno deberá enfrentar desafíos significativos, tales como la debilidad cíclica de la economía alemana, el proceso de desindustrialización y la confirmación de cambios en la regla del freno de la deuda. Piazza destaca que, a pesar de un enfoque conservador en la política fiscal, Merz podría estar abierto a crear nuevos «fondos» estratégicos a nivel europeo.
La industria automovilística, fundamental para Alemania, debe abordar los efectos de la desaceleración económica y la baja demanda de vehículos eléctricos
La industria automovilística, crucial para la economía alemana, ha enfrentado numerosas dificultades en el último año, incluyendo la desaceleración económica y una caída en la demanda de vehículos eléctricos, así como una disminución de sus ventas en mercados clave como China. En respuesta a una crisis previa, el Grupo Volkswagen se vio obligado a ajustar sus operaciones, incluyendo un plan que contemplaba la eliminación de más de 35.000 puestos de trabajo de manera «socialmente responsable» para el año 2030. Esto se logró tras negociaciones con el sindicato IG Metall, que evitaron cierres de plantas y despidos masivos.
Por otro lado, la nueva administración estadounidense del presidente Donald Trump ha introducido incertidumbre, amenazando con aranceles a las importaciones de vehículos, lo cual podría afectar de manera significativa a los fabricantes alemanes que operan en México y Canadá. Se estima que Volkswagen, BMW y Mercedes-Benz serían los más impactados, ya que poseen plantas de producción en esos países.
La situación actual plantea un panorama desafiante para la industria automovilística alemana, que debe adaptarse a un entorno de cambios geopolíticos y económicos.
