El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, ha declarado con contundencia que el país no aceptará ninguna forma de tutela externa. Esta afirmación llega en respuesta a la reciente decisión del presidente estadounidense, Donald Trump, de imponer un arancel del 50% sobre los productos brasileños. Lula ha enfatizado que Brasil es un país soberano con instituciones independientes y que sus valores están guiados por la soberanía, el respeto y la defensa intransigente de los intereses del pueblo brasileño.
La respuesta de Lula no se ha hecho esperar, y ha anunciado que cualquier medida unilateral de aranceles por parte de Estados Unidos será tratada según la Ley Brasileña de Reciprocidad Económica. Esta legislación, aprobada recientemente, permite al gobierno brasileño ajustar las tasas sobre productos importados que afecten su competitividad internacional o interfieran en sus derechos soberanos.
El proceso judicial contra su predecesor, Jair Bolsonaro y todos los involucrados en el presunto golpe de Estado es competencia exclusiva de la Justicia brasileña
Lula ha dejado claro que el proceso judicial contra el expresidente Jair Bolsonaro no admite interferencias extranjeras. En este contexto, ha rechazado los argumentos presentados por Trump sobre un supuesto déficit comercial, tildándolos de «falsos». Según las estadísticas estadounidenses, señala Lula, existe un superávit de 410.000 millones de dólares en el comercio bilateral de los últimos 15 años.
Las tensiones no quedaron ahí. Trump ha advertido que cualquier subida de aranceles por parte de Brasil será respondida con un incremento adicional sobre el 50% ya establecido. Esta situación ha intensificado las relaciones diplomáticas, y el Ministerio de Exteriores brasileño ha convocado al encargado de negocios de la Embajada estadounidense, Gabriel Escobar, para aclarar declaraciones sobre una supuesta persecución a Bolsonaro.
En Brasil, la libertad de expresión no se confunde con la agresión o las prácticas violentas
Lula ha defendido que todas las empresas en Brasil, sean nacionales o extranjeras, deben respetar la legislación del país, desestimando la justificación de Trump respecto al gravamen introducido por sentencias del Supremo brasileño contra las plataformas estadounidenses. Afirmó que el país rechaza expresiones de odio, racismo y otros contenidos que violen los Derechos Humanos y la libertad democrática.
