En un mundo marcado por la incertidumbre y la volatilidad, España se encuentra en una encrucijada económica en el presente ejercicio. Con una serie de factores tanto internos como externos que influyen en el desempeño y en la capacidad de creación de riqueza, nuestro país se enfrenta tanto a desafíos significativos como a oportunidades reales de crecimiento.
Para comprender completamente las perspectivas macroeconómicas de España, es crucial analizar detenidamente las proyecciones proporcionadas por diversas instituciones financieras y organizaciones internacionales, desde el BBVA hasta la propia Comisión Europea (CE). Estas entidades ofrecen una variedad de perspectivas sobre aspectos clave como el Producto Interior Bruto (PIB), el empleo, la deuda, el déficit público y la inflación, con un cierto consenso en sus estimaciones.
España crecerá más que el resto de los países europeos, pero este crecimiento no le permitirá ni eliminar el déficit, ni avanzar hacia el concepto de pleno empleo, ni reducir su deuda pública. En este análisis, examinaremos en profundidad cada uno de estos aspectos y sus implicaciones en la economía española en 2024 y 2025 con las previsiones de Funcas, BBVA, Gobierno, Comisión Europea y Equipo Económico.
La horquilla de crecimiento del PIB, entre el 1,8% y el 2,1%
El crecimiento económico es el principal indicador fundamental del estado general de la economía de un país. En nuestro territorio, según las proyecciones de distintas fuentes, se espera que el crecimiento del PIB se ralentice ligeramente en 2024, oscilando entre el 1,8% y el 2,1%. Estas proyecciones sugieren que la economía española afrontará vientos en contra en el próximo año, lo que podría afectar a su capacidad para mantener un crecimiento firme y robusto.
BBVA ha sido el analista con la revisión más alta al alza, con un pronóstico de avance del PIB del 2,1%. Esta revisión se debe a varios factores, como el descenso en los precios del petróleo, el gas y la electricidad, así como una política fiscal más expansiva y la ejecución acelerada de los fondos Next Generation EU (NGEU).
Esta perspectiva optimista del banco español sugiere que la economía española podría experimentar un impulso en el año en curso, aunque persisten riesgos e incertidumbres que podrían influir en el resultado final. La Comisión Europea (CE), que estima cifras similares a BBVA, considera que éste se verá impulsado principalmente por la demanda interna y una resiliencia en el mercado laboral.
Equipo Económico, por su parte, estima que este año el crecimiento del PIB se moderará al 2,2%, frente al 2,4% de 2023. “El consumo de los hogares y las exportaciones seguirán siendo los principales contribuyentes, mientras que se espera que la inversión gane peso”, señalan. Para 2025, la firma pronostica un incremento del 1,9% en la capacidad de generación de riqueza de la economía española gracias a la inyección de liquidez de los fondos europeos y el repunte del consumo privado.
En general, las previsiones para el crecimiento del PIB en 2024 varían ligeramente entre las diferentes instituciones, pero todas sugieren un mismo futuro: crecimiento moderado, pero sólido. Sin embargo, dadas las tensiones geopolíticas que se fraguan por todo el mundo y la volatilidad de los mercados financieros, persisten riesgos y desafíos que podrían influir en el resultado final.
Empleo
Otro de los indicadores clave para el estado de la economía de un país es el mercado laboral, ya que es fundamental para el bienestar de los ciudadanos y el crecimiento sostenible. Según Funcas, se espera una continuación del ciclo de creación de empleo en 2024, lo que conducirá a una reducción de la tasa de desempleo al 11,2% a finales del presente año y al 10,6% en 2025, una reducción del 0,9 y 1,5% respectivamente comparado con el cierre de 2023, según Statista.
Estas proyecciones sugieren una mejora gradual en el mercado laboral, aunque la tasa de desempleo seguirá siendo relativamente alta en comparación con los años anteriores a la crisis de 2008.
BBVA indica que existe una mejora progresiva en la afiliación a la Seguridad Social desde octubre de 2023, lo que sugiere un avance en el empleo. Estos datos alentadores nos muestran una economía orientada a una recuperación sólida en términos de empleo. El dinamismo del mercado laboral continuará con una positiva evolución del empleo y una ganancia de poder adquisitivo. Si se produce este aumento, podremos verlo reflejado en otros indicadores como el PIB o la inflación.
"Equipo Económico cree que la reducción de la tasa de paro no será suficiente como para converger con Europa"
La Comisión Europea se ha mostrado más cauta ante este indicador. Pese a que prevé un descenso en la tasa de desempleo, considera que la bajada no será tan considerable como nos muestran otras fuentes de información. Por su parte, refleja un descenso de hasta el 11,6% en 2024 y el 11,1% en el 2025. Versión optimista, pero más gradual.
Equipo Económico, por su parte, pronostica que los “desequilibrios del mercado de trabajo español” lastrarán el proceso de convergencia de España con el resto de Europa en términos de empleo. Como consecuencia, la tasa de paro se reducirá solo hasta el 11,8% este año y al 11,6% el siguiente.
Reuniendo el compendio de fuentes de información, encontramos que la tasa de empleo para finales de 2024 oscilará entre el 11,2 y el 11,9%, mientras que, en 2025, las cifras fluctuarán entre el 10,6 y el 11,1%. Pese a que las cifras son alentadoras, seguirán persistiendo desafíos como la precariedad laboral o reducir aún más el volumen de parados que requerirán de medidas políticas adicionales.
Deuda y déficit público
Según las proyecciones de Funcas, el crecimiento del PIB favorecerá el descenso de la ratio de déficit público hasta el 3,2% del PIB en 2024, con una disminución adicional en 2025. Al seguir existiendo un desequilibrio en las cuentas públicas de España, la deuda en circulación seguirá aumentando, pero su peso sobre el conjunto de la economía nacional se moderará al 106,2% del PIB en 2024, cayendo por debajo del 105% en 2025. Estas proyecciones sugieren una mejora gradual relativa en la situación fiscal de España en los próximos años.
BBVA, por su parte, espera un ajuste del componente estructural del déficit público en 2025, lo que llevaría este indicador hasta el 2,9% del PIB a finales del año siguiente. Sin embargo, la entidad prevé que la deuda pública aumente como resultado del tímido ajuste en las cuentas públicas y la ligera desaceleración económica.
"BBVA es moderadamente optimista y cree que el PIB podría crecer un 2,1% este año, frente al 2,4% registrado en 2023"
La Moncloa espera que el déficit público disminuya hasta el 3% del PIB en 2024, cumpliendo así con el Pacto de Estabilidad y Crecimiento de la UE. Además, la previsión en 2025 se sitúa en el 2,5%. Esta estrategia fiscal permitirá a España, previsiblemente, reducir su déficit estructural, alcanzando en 2025 un superávit fiscal primario (excluyendo los intereses de la deuda). La reducción de la ratio entre deuda y PIB se mantendrá, con una disminución al 105,5% en 2024 y al 104,1% en 2025.
La Comisión Europea (CE) proyecta que el déficit público seguirá disminuyendo hasta el 3% del PIB en 2024 y al 2,8% en 2025, en línea con el compromiso con la estabilidad fiscal adoptado por los países miembros. Además, se espera que la relación entre deuda y PIB disminuya gradualmente aún más en 2025 hasta el 104,8%, lo que indica una mejora en la situación de endeudamiento del país.
Equipo Económico, por último, calcula que el déficit se situará en el entorno del 3,5% del PIB este año, con una significativa “fragmentación politica”. El desequilibrio se moderará al 3%, señalan, en 2025, en línea con las reglas fiscales europeas.
A modo de resumen, podemos afirmar que las proyecciones indican una disminución de la ratio de déficit público, que se espera que se sitúe entre el 2,9% y el 3,2% del PIB en 2024, con una reducción adicional inespecífica en 2025. Por el lado de la deuda pública, también se espera que disminuya, aunque sigue siendo alta, con estimaciones que van desde el 104,1% hasta el 106,2% del PIB en 2024. Estas proyecciones sugieren que la situación fiscal de España seguirá siendo una preocupación para este año, aunque se espera una mejora gradual en los próximos ejercicios.
Inflación
Según las proyecciones de Funcas, se espera una desescalada gradual del índice de precios al consumidor (IPC) en 2024, con un incremento del 3,2% en términos anuales. Para 2025, se proyecta una desinflación más pronunciada, con un IPC avanzando un 2,3%, acercándose al objetivo del Banco Central Europeo (BCE).
BBVA espera una inflación del 3,1% en 2024, lo que supone un descenso respecto a las previsiones anteriores. Esto lleva al Banco Central Europeo (BCE) a reducir la tasa de interés de política monetaria antes de lo previsto. Para 2025, se espera que la inflación continúe retrocediendo, alcanzando el 2,3%.
"La Comisión Europea estima que España cumplirá este año el objetivo de déficit del 3%"
Según lo anunciado por La Moncloa, también se espera una progresiva desaceleración de la inflación, lo que permitirá seguir mejorando el poder adquisitivo de los ciudadanos.
Por su parte, la Comisión Europea prevé que la inflación general mantenga su tendencia a la baja, disminuyendo hasta el 3,1% en 2024 y alcanzando el 2,3% en 2025. Esta disminución se atribuye principalmente a la moderación de los precios de los componentes no energéticos y alimentarios, así como a la eliminación gradual de las medidas gubernamentales relacionadas con la energía.
Por último, Equipo Económico calcula que el IPC se situará en el 3,1% este año, moderándose al 2,3% el año que viene. “Las presiones inflacionistas persistirán”, señala la firma, que puntualiza que el nivel de aumento de precios “seguirá por encima del objetivo del 2% a medio plazo del BCE”.
En resumen, las previsiones para la evolución de los precios son generalmente positivas, previendo una desescalada gradual de la inflación en 2024, con tasas que oscilan entre el 2,3% y el 3,3%, antes de una disminución mayor en 2025. Esta tendencia a la baja en la inflación permitirá seguir mejorando el poder adquisitivo de los ciudadanos y facilitará una política monetaria más flexible por parte del BCE.
Conclusiones
En conclusión, las previsiones macroeconómicas para España en 2024 sugieren un panorama mixto, con indicadores moderadamente positivos en áreas como el crecimiento económico o el empleo y algo menos optimistas en la deuda pública y la inflación. En el contexto global y geopolítico, no obstante, también persisten desafíos y riesgos persistentes como las tensiones geopolíticas, que pueden alterar el rumbo económico, no solo de España, sino del mundo.
Si bien se espera un crecimiento económico moderado en la presente campaña, persisten factores tanto internos como externos que podrían influir en los próximos resultados. La gestión efectiva de la deuda y el déficit público, así como la contención de la inflación, serán fundamentales para mantener la estabilidad económica a largo plazo. En última instancia, el éxito económico de España en 2024 dependerá de la capacidad del Gobierno y las instituciones económicas para abordar los desafíos vigentes y futuros de manera efectiva y aprovechar las oportunidades de crecimiento.