BBVA Asset Management ha recomendado ampliar el abanico de inversiones más allá del sector tecnológico, a pesar de que no se considera que las empresas de esta área estén dentro de una burbuja provocada por la inteligencia artificial. Según Joaquín García Huerga, director de Estrategia Global de BBVA AM & Global Wealth, es necesario ser cauteloso a la hora de calificar al sector tecnológico como una burbuja. «Estamos hablando de las mejores compañías del mundo con crecimientos de ventas y beneficios extraordinarios», asegura Huerga.
La alta valoración del sector tecnológico, que afecta al conjunto del mercado bursátil estadounidense, representa una «invitación» para diversificar las inversiones hacia otros sectores o clases de activos. García Huerga sostiene que, aunque la situación actual de las empresas tecnológicas no necesariamente indica una burbuja, tampoco garantiza de manera sistemática ser la mejor opción de inversión año tras año. «Da la sensación de que ya no va a seguir dando rentabilidades tan extraordinarias como ha venido dando», declara.
De cara al futuro, la gestora prevé que las empresas mundiales incrementen sus beneficios en una media ponderada del 10%, lo que debería reflejarse en los índices, incluyendo el Ibex 35. En relación al mercado español, BBVA AM considera que el Ibex 35 podría tener un comportamiento más alineado con otras Bolsas europeas en 2026, a pesar de la dificultad de repetir el excepcional rendimiento de este año, con una revalorización superior al 40%.
En cuanto al oro, BBVA AM anticipa que el metal iniciará una «lenta convergencia» hacia un precio de equilibrio más bajo que el actual. Esto se debe a que el metal precioso se ha desvinculado de la tendencia de la inflación a largo plazo. Los factores detrás de este aumento incluyen el miedo al endeudamiento de algunos países, el contexto geopolítico, la diversificación de reservas de los bancos centrales y la especulación pura.
En el área de renta fija, la preferencia sigue siendo hacia bonos con calificación de grado de inversión, en lugar de los créditos más arriesgados (‘high yield’). Sobre el sector público, se proyecta que la renta fija soberana tendrá un «buen comportamiento» en 2026.
Esta evolución se apoya en una «tesis de fondo» que hace improbable que el ciclo económico se detenga debido al bajo endeudamiento del sector privado y la importancia del sector servicios.
Además, se destaca la «excelente salud» del sistema financiero internacional como otro factor que sostiene las expectativas de crecimiento. Las Bolsas internacionales, en general, deberían continuar al alza en 2026, apoyadas por el crecimiento constante de los beneficios empresariales.

