A medida que nos acercamos al cierre del año, muchos inversores/as revisan sus carteras con el objetivo de optimizar su situación fiscal y financiera. En este artículo vamos a resumir 6 puntos clave imprescindibles para encarar el nuevo ejercicio con una estrategia sólida.
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Fiscalidad: plusvalías y minusvalías
Uno de los primeros pasos habituales es calcular las plusvalías y minusvalías acumuladas en tu cartera, tanto las realizadas como las latentes. El objetivo es compensar ganancias con pérdidas y reducir así el impacto fiscal.
Este proceso se conoce en inglés como “tax-loss harvesting”, una práctica ampliamente extendida entre inversores particulares y profesionales. Aplicada con criterio ayuda a optimizar la factura tributaria en la próxima declaración de la renta.
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Revisa tu situación financiera y tus objetivos a corto, medio y largo plazo
Es fundamental actualizar los objetivos financieros a 1, 5 y 10 años. Con el paso del tiempo, estos objetivos pueden cambiar —compra de vivienda, jubilación, estudios de los hijos/as, independencia financiera, etc.— y deben revisarse periódicamente.
Determinar un importe, una fecha objetivo y un plan de revisión es esencial. Además, tu tolerancia al riesgo y tu horizonte temporal pueden variar en función de tu situación vital y económica: nuevos ingresos, despidos, nacimiento de hijos, hipotecas, entre otros factores.
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Diagnóstico de la cartera actual
Con los objetivos actualizados, el siguiente paso es analizar la cartera con detalle. Se trata de revisar todos los activos que tienes en propiedad para entender qué peso ocupa cada uno y qué papel juegan dentro de tu estrategia. Esto incluye revisar todos los instrumentos financieros que poseas:
- Acciones, tanto nacionales como internacionales.
- ETFs y fondos indexados, revisando su exposición geográfica y sectorial.
- Planes de pensiones, con especial atención a sus comisiones y la coherencia con tu perfil de riesgo.
- Inmuebles, ya sea como inversión directa o a través de vehículos inmobiliarios.
- Productos derivados, ya sean futuros sobre índices, materias primas o criptomonedas, valorando su función de cobertura o especulación.
Este diagnóstico te permitirá comprobar si la cartera actual está alineada con tus metas y si su composición tiene sentido en el contexto actual. Es la base para decidir qué mantener, reforzar o ajustar en el siguiente paso.
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Ajustes de cartera (rebalanceo)
Una vez evaluada la cartera y establecidos tus objetivos, llega el momento de realizar los ajustes necesarios para encarrilarla hacia el próximo año.
¿Qué es rebalancear?
Rebalancear consiste en vender parte o toda la posición de aquellos activos que se han desviado del peso objetivo y, en paralelo, reforzar aquellos que han quedado infraponderados pero siguen encajando en tu estrategia.
El rebalanceo también implica revisar la concentración de la cartera para evitar que una posición individual o un sector representen un peso excesivo. La diversificación puede realizarse por:
- Sectores: tecnología, energía, financiero…
- Geografías: España, EE. UU., Europa, mercados emergentes…
- Tipos de activo: renta variable, renta fija, inmuebles, liquidez, derivados…
Además, para realizar rebalanceos o gestionar el riesgo con mayor precisión, muchos inversores recurren a futuros negociados en mercados internacionales —como los del CME Group—, que permiten posicionarse tanto al alza como a la baja. Estos contratos están disponibles en la mayoría de plataformas si ofrecen acceso al mercado americano, como por ejemplo en https://www.ibroker.es/Mercado-Americano.
Durante el ejercicio 2025, marcado por el auge de las empresas tecnológicas impulsadas por la inteligencia artificial, muchos inversores que desean mantener exposición al sector han optado por hacer coberturas puntuales, vendiendo futuros del índice tecnológico correspondiente, para equilibrar su cartera sin deshacer posiciones.
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Riesgos y escenario macroeconómico
El entorno macroeconómico puede cambiar de forma inesperada, afectando directamente a tu cartera. Por ello, es clave evaluar si tu estrategia resistiría a escenarios adversos, desde subidas de tipos de interés hasta crisis sectoriales o volatilidad en los mercados internacionales.
Los ajustes de riesgo deben basarse en tu plan y horizonte temporal, no en titulares de prensa o movimientos de corto plazo. Mantener una visión estructural te permite ser más racional y evitar decisiones impulsivas.
Una revisión periódica de riesgos, combinada con un análisis del contexto macroeconómico, te ayuda a anticipar posibles tensiones y a calibrar la exposición de tu cartera de forma eficiente. Muy aconsejable al final de cierre de año.
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Plan para el próximo año
Aunque es el último punto, no es el menos importante. Antes de cerrar el año se recomienda establecer por escrito un plan para el siguiente, evitando improvisaciones y asegurando que cada movimiento esté alineado con tu estrategia y tus metas a corto, medio y largo plazo.
Entre los elementos clave a establecer se encuentran:
- El porcentaje de ahorro mensual, ajustado a tus objetivos y capacidad financiera.
- Los productos en los que invertir, determinando la distribución por tipo de activo y sector.
- Las reglas de rebalanceo, ya sea por intervalos de tiempo o por desviación porcentual respecto al peso objetivo de cada activo.
Tener estas decisiones planificadas de antemano permitirá comenzar el nuevo año con una hoja de ruta clara y disciplinada.
Checklist antes del 31 de diciembre
Después de haber revisado objetivos, fiscalidad, riesgos y ajustes de cartera, todo buen inversor debería tener marcadas estas casillas:
- ✔️ He actualizado mis objetivos, horizonte temporal y perfil de riesgo.
- ✔️ Conozco el peso actual de cada activo y he identificado desviaciones respecto a mi estrategia.
- ✔️ He revisado la fiscalidad y decidido qué plusvalías/minusvalías realizar y qué aportaciones con ventaja fiscal conviene hacer.
- ✔️ He definido y anotado mi plan de inversión para el próximo año (productos, porcentajes y calendario de revisión).
Marcar estas casillas antes de que termine el año permite empezar 2026 con la cartera alineada, el riesgo controlado y una estrategia clara.

