El Gobierno de China ha reiterado que no hay ganadores en una guerra comercial, tras la reciente decisión de un tribunal federal de Estados Unidos que ordenó suspender la mayoría de los aranceles impuestos por el expresidente Donald Trump. Esta medida fue considerada «ilegal» al considerar que el expresidente se extralimitó en sus funciones.
La portavoz del Ministerio de Exteriores chino, Mao Ning, ha enfatizado que «el proteccionismo daña los intereses de todas las partes» y que estas dinámicas «son impopulares», según lo informado por la agencia estatal de noticias Xinhua. Sus declaraciones se producen justo después de que el Tribunal de Comercio Internacional de Estados Unidos decidiera paralizar los aranceles del 30% aplicados a China, así como los gravámenes del 25% sobre ciertos bienes de México y Canadá, junto a los aranceles globales del 10%.
En respuesta a esta decisión judicial, la Casa Blanca ha anunciado que recurrirá la sentencia. Kush Desai, viceportavoz de la Presidencia de Estados Unidos, argumentó que dichos gravámenes son necesarios debido a que los déficits comerciales han «creado una emergencia nacional que ha diezmado las comunidades estadounidenses». Desai enfatizó que «no les corresponde a jueces no electos decidir cómo abordar adecuadamente una emergencia nacional» y que la Administración está decidida a «utilizar todos los recursos del poder ejecutivo para abordar esta crisis y restaurar la grandeza estadounidense».
