El secretario de Comercio de Estados Unidos, Howard Lutnick, ha anunciado este domingo que los teléfonos inteligentes, ordenadores, microprocesadores y otros dispositivos electrónicos, que fueron excluidos de los aranceles recíprocos impuestos recientemente, serán objeto de un nuevo gravamen sobre los semiconductores, el cual podría implementarse «probablemente en uno o dos meses». En declaraciones a la cadena ABC News, Lutnick indicó que todos estos productos formarán parte de un arancel especial diseñado para evitar la deslocalización de la producción.
Lutnick sugirió que las exenciones sobre los teléfonos móviles, ordenadores y chips son temporales, afirmando que es esencial
no depender de China para cosas fundamentales que necesitamos
. Esta declaración se produce en un contexto de creciente tensión entre Estados Unidos y China, después de que el Gobierno chino calificara la exclusión de dichos productos como un «pequeño paso» para rectificar una decisión errónea en el marco de la guerra comercial iniciada por el expresidente Donald Trump.
Las autoridades chinas han instado a Estados Unidos a escuchar las voces racionales tanto a nivel interno como externo y a eliminar por completo esta práctica, con el fin de «regresar a la senda del respeto mutuo y la resolución de diferencias a través del diálogo en términos igualitarios».
Las recientes exenciones publicadas en el boletín de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de EE. UU. limitan los gravámenes al excluir ciertos productos electrónicos de dos tipos de aranceles: un arancel del 125 por ciento aplicado a China y un arancel base del 10 por ciento para casi todos los demás países. Las últimas medidas de la Administración Trump abarcan casi 390.000 millones de dólares (342.177 millones de euros) en importaciones, incluyendo más de 101.000 millones de dólares (88.609 millones de euros) procedentes de China, según datos recopilados por el centro de investigación Rand.
