En el primer trimestre de este año, la oferta de alquileres permanentes ha experimentado una reducción del 3% en comparación con el mismo periodo del año anterior. Por otro lado, los alquileres de temporada han crecido considerablemente, avanzando un 25% en el mismo periodo, lo que representa el 14% de la oferta total de viviendas, según los datos proporcionados por Idealista.
En Barcelona, uno de los mercados más relevantes, el 47% de las viviendas están disponibles en modalidad de alquiler de temporada. San Sebastián también destaca con un 37% de su oferta en esta categoría. Otras ciudades como Badajoz, Girona, Cádiz y Tarragona siguen en esta tendencia con 27%, 26%, 22% y 20% respectivamente. En contraste, Madrid, Bilbao, Palma, Santander y Valencia presentan cifras más bajas, con un 17% y un 14% respectivamente.
Los mayores incrementos de oferta se han dado en pequeños mercados donde este fenómeno era prácticamente inexistente
Entre los grandes mercados, Bilbao ha registrado el mayor crecimiento en la oferta de alquileres de temporada, con un 36% más que el año anterior, seguido por Alicante y Barcelona, con incrementos del 33% y 29% respectivamente. Sin embargo, en ciudades como Sevilla y Málaga, el volumen de alquileres de temporada ha disminuido en 4% y 6%. Notablemente, mercados más pequeños como Ourense y Toledo han visto incrementos espectaculares, con tasas del 300% y 178%.
Por otro lado, las ofertas de alquileres permanentes continúan en descenso. Las cuatro capitales catalanas destacan entre los cinco mercados con mayor reducción: Girona (-42%), Ciudad Real (-39%), Barcelona (-37%), Lleida (-37%) y Tarragona (-36%). En contraste, ciudades como Ávila y Ceuta han experimentado un resurgimiento con incrementos del 83% y 49% respectivamente.
Es revelador que en aquellas capitales en las que la Ley de Vivienda se aplica en toda su extensión, como son las catalanas, ese suelo no parece haberse alcanzado
La situación actual invita a reflexionar sobre el impacto de las políticas de alquiler implementadas en los últimos seis años, tal como ha señalado Francisco Iñareta, portavoz de Idealista. La necesidad de revisar estas medidas se vuelve crucial, sobre todo en las regiones donde los efectos negativos son más evidentes.
