El sector turístico en España ha experimentado un notable dinamismo este verano, impulsado principalmente por el deseo de viajar, incluso en un contexto de subida de precios generalizada. Según el Observatorio de Turismo (ObservaTUR), a pesar de una ligera desaceleración en comparación con los años anteriores, la temporada ha resultado en cifras favorables. Este dinamismo ha llevado a nuevas tendencias en los comportamientos de los viajeros nacionales.
Adaptaciones ante el aumento de precios
Con el incremento de los costos, los turistas han buscado estrategias para mitigar el impacto económico. La contratación anticipada de viajes, aprovechando promociones y descuentos, se ha vuelto cada vez más popular. Sin embargo, se han observado restricciones en gastos típicos de vacaciones, tales como comer fuera o participar en actividades, a pesar de que estas últimas han ganado aceptación.
Asimismo, la duración de las estancias se ha reducido en algunos casos, pero no exclusivamente por motivos de ahorro. Esto también refleja una tendencia hacia la desestacionalización, donde agosto, a pesar de ser el mes preferido para vacaciones, está perdiendo protagonismo en favor de septiembre, especialmente entre personas con flexibilidad temporal.
Nuevas tendencias y tecnología
En el esfuerzo por romper con la estacionalidad, los turistas muestran un creciente interés por destinos emergentes y menos saturados. Existe un avance notable en segmentos turísticos como el cultural, rural, y de bienestar. Además, el turismo cultural y eventos en vivo, como conciertos, están en auge, acompañado de estudios que evidencian su impacto económico.
El uso de tecnología para planificar las vacaciones se incrementa, especialmente mediante herramientas de inteligencia artificial que permiten itinerarios personalizados
Otro fenómeno interesante es el turismo hacia climas más frescos, conocido como ‘coolcations’, que ha ganado popularidad debido a las elevadas temperaturas.
Por último, ha aumentado el uso de métodos de financiamiento para vacaciones, con pagos fraccionados mediante el e-commerce, conocido como BNPL, y una creciente demanda de seguros de viaje entre los españoles.
