El Ibex 35 arranca octubre en terreno de máximos. El selectivo español cerró la jornada de este 2 de octubre con leves descensos que no le impidieron mantenerse claramente por encima de los 15.500 puntos, un nivel que no alcanzaba desde antes de la crisis financiera de 2008. El repunte acumulado en el año supera ya el 30% y sitúa al índice entre los más alcistas de Europa, con la vista puesta en la barrera psicológica de los 16.000 puntos.
El buen tono del mercado español se explica por varios factores. La reciente mejora de la calificación crediticia de España ha devuelto confianza a los inversores internacionales, mientras el sector bancario vive un momento dulce gracias a los tipos de interés elevados y a unos beneficios que superan previsiones.
A ello se suma el empuje de las grandes energéticas, que siguen captando capital por su papel estratégico en un contexto de transición energética y seguridad de suministro. El entorno macroeconómico interno también juega a favor: la creación de empleo y la fortaleza de la Seguridad Social ofrecen un colchón de estabilidad que contrasta con la incertidumbre global.
No obstante, los analistas advierten de que el rally podría encontrar obstáculos. El cierre parcial del Gobierno de Estados Unidos y los últimos datos de empleo más débiles de lo previsto han introducido dudas sobre la fortaleza de la economía norteamericana, clave para los flujos de capital global.
Además, la expectativa de futuros recortes de tipos por parte de la Reserva Federal añade volatilidad a las previsiones. El Ibex, muy concentrado en banca y energía, es particularmente vulnerable a giros bruscos en estos sectores.
En la jornada de este miércoles, Solaria y ACS destacaron entre las compañías más alcistas. La banca, liderada por Santander, BBVA y CaixaBank, mantuvo el tono sólido que ha impulsado al índice durante todo el ejercicio.
El reto inmediato para el Ibex es consolidar su posición antes de intentar asaltar los 16.000 puntos. Los próximos resultados empresariales del tercer trimestre serán decisivos para confirmar si las expectativas de beneficios están justificadas o si, por el contrario, la euforia bursátil corre el riesgo de enfriarse.
Por ahora, los inversores parecen dispuestos a seguir apostando por un mercado que ha recuperado brío y que podría firmar uno de los mejores años de su historia reciente.
