El impacto de la Depresión Aislada en Niveles Altos (DANA) ha tenido una repercusión moderada sobre el sistema financiero español, a pesar de la magnitud del fenómeno. Según el Instituto de Crédito Oficial (ICO), hasta el cierre del 31 de marzo, se habían concedido avales por un monto de 516,74 millones de euros, representando tan solo un 10,3% del importe máximo originalmente previsto de 5.000 millones de euros. Estas cifras se detallan en la Revista de Estabilidad Financiera del Banco de España.
En total, se realizaron unas 2.074 operaciones con un valor medio aproximado de 249.000 euros. El Banco de España ha indicado que la mayor parte del capital se otorgó a partir de febrero de 2025. El porcentaje de 42% corresponde a los dos tramos iniciales de 1.000 y 240 millones de euros aprobados por el Gobierno. Este flujo de nueva financiación equivale a un 1,9% del saldo total de crédito en áreas afectadas por la DANA en septiembre de 2024.
El programa tendría una «capacidad excedentaria notable» en caso de que se recibiera un mayor número de solicitudes en lo que queda de 2025
El ICO, desde noviembre de 2024, gestiona una Línea de Avales DANA destinada a hogares, autónomos, y empresas, con el propósito de proporcionar liquidez que permita normalizar la actividad económica a la mayor brevedad posible. Este programa es parte de las medidas adoptadas por el Gobierno después de la DANA que afectó principalmente a Valencia en el otoño de 2024. Los avales del Estado cubren el 80% de la financiación de las entidades bancarias, lo que facilita el anticipo de las indemnizaciones del Consorcio de Compensación de Seguros (CCS) u otras ayudas. Esta iniciativa es gratuita tanto para bancos como para clientes, siendo accesible para operaciones hasta el 30 de noviembre de 2025.
El impacto de la DANA sobre la estabilidad financiera ha sido «muy contenida», pero es crucial seguir vigilando la situación
En conclusión, aunque el impacto financiero de la DANA ha sido controlado, se hace hincapié en la necesidad de seguir evaluando la situación para prevenir posibles deterioros futuros en la estabilidad financiera.
