El Índice de Gestores de Compras (PMI) de Estados Unidos ha experimentado una notable desaceleración en abril, situándose en 51,2 puntos, una caída significativa desde los 53,5 enteros registrados en marzo, lo que representa el nivel más bajo en los últimos 16 meses. Esta tendencia se da en el contexto de una creciente guerra comercial, según un informe publicado por S&P Global.
El análisis revela que la actividad económica en la primera potencia mundial se ha moderado, junto a expectativas empresariales que han descendido a niveles críticos, siendo de los más bajos desde el inicio de la pandemia. Además, los precios de los bienes y servicios han mostrado su mayor incremento en más de un año, especialmente en el sector de productos manufacturados, un hecho atribuido a los aranceles impuestos durante la administración del expresidente Donald Trump.
A pesar de estos indicadores negativos, el empleo ha crecido «ligeramente», aunque con un ritmo inferior al observado en marzo y a comienzos de año. Chris Williamson, economista jefe de S&P Global Market Intelligence, ha comentado que «la producción aumentó en abril al ritmo más lento desde diciembre de 2023, lo que indica que la economía estadounidense está creciendo a una modesta tasa anualizada de solo el 1%».
El sector manufacturero se está estancando en general, con cualquier efecto beneficioso de los aranceles viéndose contrarrestado por el aumento de la incertidumbre económica
Williamson también ha indicado que la ralentización de los servicios responde a un debilitamiento de la demanda, especialmente en el sector turístico. Además, la elevada subida de precios ha sido identificada como un dificultad significativa para la Reserva Federal (Fed), ya que los costes laborales también están en aumento.
