El Ibex 35 encara el último tramo de noviembre con tono constructivo pero sin euforia. El índice se mantiene cómodo por encima de los 16.300 puntos, con movimientos en torno al +0,1%, después de haber firmado un mes claramente alcista y de haberse acercado a la zona de resistencia situada ligeramente por debajo de los 16.400 puntos.
En el acumulado semanal, el selectivo suma en torno a un 3,5%, mientras que en el mes la ganancia supera el 2%, lo que confirma a la Bolsa española entre los mejores parqués europeos en este tramo final del año.
La sesión de este viernes viene condicionada por el menor pulso del mercado estadounidense. Wall Street reabre tras la festividad de Acción de Gracias, pero sólo lo hará durante media jornada, lo que limita el volumen de negociación global y reduce la toma de decisiones de calado por parte de los inversores.
Los futuros neoyorquinos apuntan a variaciones muy contenidas, en torno al 0,1%, en un contexto en el que siguen sobrevolando las dudas sobre una posible burbuja en los grandes valores tecnológicos ligados a la inteligencia artificial, incluso mientras el mercado descuenta ya un posible recorte de tipos por parte de la Reserva Federal en su última reunión del año.
En Europa, las principales bolsas se mueven también en rangos estrechos. El Dax alemán registra ligeros descensos en torno al 0,1%, mientras que el Cac francés cotiza prácticamente plano. Este comportamiento de “tierra de nadie” encaja con una jornada catalogada por muchos analistas como de trámite, a la espera de referencias más potentes en los próximos días.
Sobre el panorama macro, la atención del mercado sigue puesta en la inflación. En España, el IPC de noviembre se sitúa en el 3%, una décima menos que el mes anterior y por debajo de las últimas previsiones, mientras que en Francia la tasa se mantiene cerca del 0,8%. Estos datos se completarán con las cifras de precios de Alemania e Italia, que servirán para afinar las expectativas sobre la hoja de ruta del Banco Central Europeo.
De momento, buena parte de las casas de análisis asume que el BCE mantendrá sin cambios el nivel actual de los tipos de interés durante un tiempo prolongado, a la espera de señales más contundentes de enfriamiento de los precios.
