La banca española ha vuelto a posicionarse en un lugar preocupante dentro del panorama financiero europeo. En el reciente ejercicio anual de transparencia realizado por la Autoridad Bancaria Europea (EBA), las entidades bancarias españolas registraron el peor ratio de capital CET1 en su modalidad transicional, alcanzando un 13,18% en el segundo trimestre del año. Este posicionamiento es por detrás del 15,51% de Eslovenia, colocando a España en el último lugar entre los 25 países evaluados.
Sólida diferencia con otras economías europeas
En contraste, la banca de Lituania se destacó como la más sólida de Europa, con un ratio de capital del 25,91%, seguida de las bancas de Luxemburgo (22,77%) y Malta (21,27%). En el promedio de los 119 bancos participantes en el ejercicio, el ratio de capital fue de 16,33%, un incremento de 23 puntos básicos respecto al año anterior. La proporción de la banca española se encuentra significativamente por debajo de este promedio.
Respecto a otros indicadores, la ratio transicional de apalancamiento para las entidades fue del 5,90%, mientras que las instituciones españolas registraron un 5,59%. Por otro lado, la ratio de créditos fallidos (NPL) se mantuvo estable en 1,84% para el total de los bancos estudiados, mientras que la banca española logró reducirla en 23 puntos básicos, situándose en 2,56%.
Desglose del rendimiento bancario dentro de España
En el contexto nacional, Kutxabank se destacó como la entidad más solvente, presentando un ratio CET1 del 19,68%, seguida de Unicaja Banco con un 15,98% e Ibercaja con un 14,26%.
Estas cifras demuestran una relativa fortaleza comparativa dentro del país. Banco de Crédito Social Cooperativo, grupo cabecera de Cajamar, obtuvo una ratio de 14,09%, superando a BBVA (13,34%), Abanca (13,22%) y Sabadell (13,06%).
El análisis también reveló que Santander se posicionó en octavo lugar entre las diez entidades evaluadas, con una ratio de 12,98%. Bankinter y CaixaBank completaron el listado con ratios de 12,57% y 12,25% respectivamente, siendo CaixaBank la que reportó el peor desempeño en este aspecto.
Esta información indica una necesaria reflexión sobre la estrategia financiera de la banca española para mejorar su competitividad en el entorno europeo, especialmente en términos de capitalización y gestión de riesgos.
