El simposio anual de Jackson Hole, que se celebra en el Parque Nacional Grand Teton en Wyoming, ha comenzado este jueves con la presencia habitual de los principales bancos centrales del mundo. Este evento, en su edición número 48, es organizado por el Banco de la Reserva Federal de Kansas City desde 1978, y desde 1982 tiene lugar en esta icónica ubicación montañosa.
El tema central del simposio este año es "Mercados laborales en transición: demográfica, productividad y política macroeconómica". Sin embargo, los mercados financieros globales estarán atentos a las intervenciones, especialmente la del presidente de la Reserva Federal de Estados Unidos, Jerome Powell, quien ofrecerá mañana su esperado discurso.
La expectativa general es que Powell proporcione pistas sobre el rumbo de los tipos de interés en EE. UU., en un contexto marcado por recientes datos económicos y las constantes presiones del presidente Donald Trump. Los datos inflacionarios y de empleo desempeñarán un papel crucial en estas consideraciones, mientras que las cuestiones de política arancelaria también influyen en el panorama.
La intervención de Jerome Powell se anticipa como un momento crucial para los mercados financieros
Otro punto destacable será la participación el sábado de Christine Lagarde, quien no asistió en el evento del año pasado. Lagarde, durante la reciente reunión en Sintra, respaldó públicamente la gestión de Powell frente a la Fed, un gesto significativo dado el actual entorno político y económico internacional.
Poco antes del inicio del simposio, se publicaron las actas de la última reunión de la Fed, revelando divisiones internas. Si bien la mayoría del Comité Federal de Mercado Abierto (FOMC) consideró que los riesgos inflacionistas son más apremiantes que los del mercado laboral, existieron voces disidentes.
Entre ellas destacan Michelle Bowman, nominada por Trump, y Christopher Waller, quienes abogaron por una reducción de los tipos. Estas diferencias se producen en medio de la guerra abierta entre Powell y Trump, quien persiste en abogar por una reducción agresiva de los tipos de interés. No obstante, las recientes actas sugieren que la tendencia inflacionaria sigue siendo una preocupación prioritaria para la mayoría de los miembros del FOMC.
