Este viernes, los países de la Unión Europea han confirmado el acuerdo para la inmovilización indefinida de 210.000 millones de euros de activos rusos congelados en suelo europeo. Este paso se considera un preludio crucial para reforzar las salvaguardas antes de utilizar la liquidez de estos activos para financiar el ‘préstamo de reparación’ destinado a Ucrania, una propuesta que se espera sea consensuada en la próxima cumbre. Según fuentes de Europa Press, el acuerdo recibió el jueves el apoyo de una «aplastante mayoría» durante una reunión de embajadores, y se formalizó este viernes tras un plazo de procedimiento escrito, con 25 votos a favor y dos en contra.
Desafíos y posturas opuestas en la UE
A pesar del acuerdo, Bélgica, que votó a favor, mantiene su negativa a financiar el préstamo de reparaciones con estos activos. En una declaración conjunta junto con Malta, Bulgaria e Italia, Bélgica ha dado luz verde a esta inmovilización inicial, recalcando que la medida «no prejuzga en ninguna circunstancia la decisión sobre el posible uso de activos rusos que deben ser adoptadas a nivel de líderes». Esta declaración se produce el mismo día en que el Banco de Rusia interpuso una demanda contra la entidad depositaria belga Euroclear, que retiene cerca de 185.000 millones de los activos congelados.
El comisario económico, Valdis Dombrovskis, aseguró que todas las entidades en suelo europeo están «plenamente protegidas» legalmente. La activación del artículo 122 de los Tratados de la UE ha sido esencial para prohibir cualquier transferencia de los activos bloqueados a Rusia mientras continúe el conflicto. Esta cláusula excepcional permitió a las capitales sortear la amenaza de veto de Hungría, que habitualmente obstaculiza decisiones relacionadas con Ucrania, incluida la prórroga de las sanciones contra el Banco Central Ruso.
La iniciativa puede salir adelante con una «mayoría cualificada» de países
Tensiones internas y el camino hacia el acuerdo final
El gobierno de Viktor Orbán ya expresó su descontento, calificando la prórroga de las sanciones como una decisión «sin precedentes» basada en una «incorrecta» interpretación legal. Sin embargo, con el acuerdo de este viernes, la UE da un paso más hacia el respaldo a la Comisión Europea para utilizar la liquidez de estos activos y financiar un préstamo de reparación de 90.000 millones de euros, destinado a Ucrania para los próximos dos años.
La posición belga sigue siendo un obstáculo, aunque el presidente del Consejo Europeo, António Costa, se mostró optimista al respecto, señalando que el acuerdo final está «muy cerca». En una carta reciente, los líderes de siete países de la UE, incluidos Irlanda, Polonia y Lituania, defendieron el uso de activos rusos congelados, describiéndolo como la solución «más viable» y «realista». A pesar de las controversias, la medida avanza, y se espera que los jefes de Estado y de Gobierno de la UE puedan confirmar el acuerdo en la cumbre prevista para el 18 de diciembre.
