La presidenta del Banco Central Europeo (BCE), Christine Lagarde, ha declarado oficialmente el fin del proceso de desinflación en la eurozona. Durante una rueda de prensa reciente, instó enfáticamente a los responsables políticos a mantener la disciplina y las reglas fiscales, con una referencia implícita a la situación en Francia. A pesar de concluir el proceso desinflacionario, Lagarde expresó que "aún seguimos estando en una buena posición". Esta afirmación se produjo tras la decisión de mantener los tipos de interés en el 2% por segunda vez consecutiva.
Lagarde destacó que, a pesar de no comprometerse con una senda fija de tipos de interés, la institución sigue determinada a estabilizar la inflación alrededor del 2% a medio plazo mediante un enfoque "reunión a reunión". En cuanto a la inestabilidad política en Francia, la presidenta del BCE evitó hacer comentarios directos, pero se mostró "convencida" de que los gobiernos acatarán la disciplina fiscal. Aseguró que los eurobonos operan de manera "ordenada" y "engrasada" gracias a su «buena liquidez». En caso de comprometerse la transmisión de la política monetaria, Lagarde reafirmó que el BCE cuenta con "todas las herramientas necesarias" para abordar cualquier eventualidad.
El crecimiento de la eurozona y los riesgos económicos
Christine Lagarde señaló que la economía de la eurozona experimentó un crecimiento del 0,7% en la primera mitad del año gracias a la demanda interna, aunque con variaciones entre trimestres debido a tensiones comerciales globales, incluyendo las impulsadas por los Estados Unidos. La industria y los servicios han mostrado avances, a pesar de un debilitamiento en el mercado laboral, que aún se considera una "fuente de fortaleza". La tasa de paro en julio fue del 6,2%.
Se prevé que el aumento de los aranceles, la fortaleza del euro y el incremento de la competencia mundial frenen el crecimiento durante el resto del año
Lagarde manifestó que, aunque estos factores han afectado el crecimiento, el próximo año debería registrar una mejoría. El gasto en defensa e infraestructuras, junto a la mejora en la productividad, probablemente relanzarán el crecimiento. Además, la firma de nuevos acuerdos comerciales ha disminuido la incertidumbre, aunque persisten riesgos relacionados con las tensiones geopolíticas y financieras.
Las perspectivas de inflación se presentan "más inciertas de lo habitual" debido a un entorno comercial volátil. La apreciación del euro podría reducir la inflación más de lo previsto, mientras que los conflictos arancelarios podrían desencadenar volatilidad. En oposición, la inflación podría elevarse si la fragmentación en las cadenas de suministro provoca un incremento en los precios de importaciones, o si el gasto en defensa e infraestructura se incrementa.
Los fenómenos meteorológicos extremos y la crisis climática también podrían hacer que los precios de los alimentos suban más de lo previsto
Tal como resaltó Lagarde, las tensiones comerciales y la inestabilidad geopolítica seguirán siendo determinantes clave en la evolución económica y se espera que su resolución favorezca tanto la inflación como el crecimiento en la eurozona.
