Luis de Guindos, vicepresidente del Banco Central Europeo (BCE), alertó de que las vulnerabilidades en la estabilidad financiera siguen siendo elevadas, especialmente por la creciente dependencia global de grandes tecnológicas estadounidenses y por los riesgos asociados a sus modelos de negocio basados en inteligencia artificial.
Durante un discurso en Fráncfort, De Guindos señaló que, aunque la incertidumbre se ha reducido parcialmente en la segunda mitad del año, continúa siendo un factor clave para los mercados. A pesar de que se ha evitado una guerra comercial a gran escala, las tensiones económicas y geopolíticas mantienen importantes riesgos para la estabilidad financiera internacional.
Según el BCE, la evolución de los mercados en Estados Unidos podría provocar fluctuaciones cambiarias, afectar a la competitividad de las exportaciones europeas y encarecer la financiación de gobiernos, empresas y bancos en la eurozona. Además, la posibilidad de crisis políticas en grandes economías aumenta el riesgo de fragmentación geoeconómica y regulatoria.
De Guindos advirtió también del riesgo de una corrección brusca en los mercados financieros, alimentada por valoraciones cada vez más elevadas y por la fuerte concentración en un pequeño grupo de corporaciones tecnológicas. Esta interconexión deja al sistema expuesto ante cualquier alteración en sus modelos de negocio basados en IA.
Otra preocupación clave es la desconexión entre la incertidumbre económica y la estabilidad de los precios de mercado, lo que podría desencadenar cambios repentinos en el sentimiento inversor. Una caída súbita en los mercados presionaría los balances de los intermediarios financieros no bancarios de la eurozona.
El vicepresidente del BCE también mencionó los desafíos fiscales que afrontan economías avanzadas como Estados Unidos y varios países europeos. La eurozona todavía arrastra altos niveles de deuda pública y déficits persistentes, mientras que deberá aumentar el gasto en defensa y atender otros compromisos estructurales. Un posible incumplimiento de las reglas fiscales europeas podría dañar la confianza de los inversores.
Aunque los bancos europeos han mostrado resiliencia en las últimas crisis, podrían enfrentar un deterioro en la calidad crediticia si las tensiones económicas o arancelarias se intensifican. Esto elevaría las provisiones necesarias y aumentaría el riesgo de impagos corporativos.
Por último, De Guindos destacó la creciente interconexión entre bancos y entidades financieras no bancarias como otra fuente potencial de riesgo, aunque recordó que los mercados privados siguen teniendo un tamaño relativamente limitado en la eurozona.
El vicepresidente del BCE concluyó que es esencial reforzar la resiliencia del sistema financiero, manteniendo las medidas macroprudenciales vigentes, intensificando la supervisión y fortaleciendo el marco regulatorio para el sector no bancario.
