El gigante estadounidense de microprocesadores Nvidia volvió a sorprender al mercado con unas cifras récord en su segundo trimestre fiscal, de mayo a julio. La compañía fundada por Jensen Huang registró un beneficio neto de 26.422 millones de dólares (22.696 millones de euros), un salto del 59,2% respecto al mismo periodo del año anterior, impulsado por la fuerte demanda de chips para inteligencia artificial y centros de datos.
Los ingresos ascendieron a 46.743 millones de dólares (40.152 millones de euros), lo que supone un crecimiento del 55,6% interanual y un 6% frente al trimestre anterior. Dentro de su negocio, el área de centros de datos fue la más dinámica, alcanzando 41.100 millones de dólares (35.304 millones de euros), un 56% más. El segmento de videojuegos y chips de IA para PC también batió récords con 4.300 millones de dólares (3.694 millones de euros), lo que refleja el renacer del gaming potenciado por la IA.
Pese a estas cifras históricas, las acciones de Nvidia cedieron más de un 3% en el mercado after hours, ya que los resultados no lograron superar las expectativas más ambiciosas de Wall Street. Además, la tecnológica advirtió de que no prevé vender microprocesadores H2O para IA en China durante los próximos meses, lo que alimenta la incertidumbre regulatoria y la presión de Washington sobre el gigante de Silicon Valley.
La compañía mantiene una agresiva política de recompra de acciones: cuenta con una autorización vigente de 14.700 millones de dólares y acaba de sumar 60.000 millones adicionales, sin fecha de caducidad. En el acumulado del primer semestre fiscal, Nvidia ya suma un beneficio neto de 45.197 millones de dólares (38.824 millones de euros) y unos ingresos de 90.805 millones (78.000 millones de euros), un 61,9% más que en 2024.
El CEO Jensen Huang defendió que su nueva arquitectura Blackwell Ultra supone “el salto generacional que la industria esperaba” y anticipó que la demanda seguirá siendo “extraordinaria” en los próximos trimestres. La compañía prevé facturar unos 54.000 millones de dólares entre agosto y octubre, asumiendo el bloqueo de ventas a China.
Mientras tanto, Pekín acelera la sustitución de chips estadounidenses. La firma local Cambricon Technologies anunció un crecimiento descomunal: sus ingresos operativos en el primer semestre llegaron a 2.880 millones de yuanes (346 millones de euros), un aumento del 4.347% respecto al año anterior, con un beneficio neto de 1.037 millones de yuanes (124 millones de euros) tras revertir pérdidas.
El auge de Cambricon refleja cómo China intenta blindar su autonomía tecnológica frente a la presión de Washington, en un pulso que podría redefinir el futuro de la IA y los semiconductores globales.
