La agencia europea de calificación Scope Ratings ha bajado en un nivel las calificaciones de emisor a largo plazo y de deuda sénior no garantizada en moneda local y extranjera de los Estados Unidos, pasando de ‘AA’ a ‘AA-‘. Esta rebaja de calificación refleja, según Scope, un deterioro sostenido de las finanzas públicas y el debilitamiento de los estándares de gobernanza. A pesar de estos desafíos, factores como la riqueza y competitividad económica, así como la resiliencia institucional y el estatus del dólar como moneda de reserva, continúan sustentando los ratings de EEUU.
Repercusión de las finanzas públicas en la calificación
Uno de los factores clave en la rebaja ha sido el deterioro de las finanzas públicas, evidenciado en déficits federales persistentemente altos y una creciente carga de pago de intereses. Scope prevé que, debido a esta situación, la ratio de deuda pública/PIB de EEUU alcance el 140% en 2030, superando con creces a otros países soberanos comparables.
La prórroga de recortes fiscales y un alto nivel de gasto obligatorio limitan la flexibilidad presupuestaria a corto plazo. Además, en el largo plazo, los grandes pasivos contingentes de programas como Medicare y Medicaid agravan los desafíos de la deuda pública.
Impacto de la gobernanza en la perspectiva fiscal
Scope también ha señalado un debilitamiento en los estándares de gobernanza en EEUU. La acumulación de poder en el poder ejecutivo, junto con la disminución de la eficacia del Congreso, alimentada por la polarización política y el estancamiento legislativo, socava la estabilidad y previsibilidad en la formulación de políticas.
Esto aumenta el riesgo de errores políticos, incluso por parte de la Reserva Federal, disminuyendo la capacidad del Congreso para implementar reformas que enfrenten los retos fiscales estructurales y para responder efectivamente a futuras crisis económicas.
Finalmente, la Ley One Big Beautiful Bill Act (OBBBA) es vista por la calificadora como un elemento que ha debilitado aún más las perspectivas fiscales de EEUU. Se anticipa que el déficit se mantendrá alto, en un 7,4% del PIB en 2025, y en torno al 7,8% de media entre 2026 y 2030.
