La provincia canadiense de Ontario implementará a partir de este lunes una subida del 25% en los precios de la electricidad que vende a los estados de Nueva York, Míchigan y Minnesota. Esta decisión es una respuesta a los aranceles impuestos por el expresidente Donald Trump a Canadá. El primer ministro de Ontario, Doug Ford, expresó su descontento con esta medida, afirmando: «Créanme cuando les digo que no quiero hacer esto. Me siento fatal por el pueblo estadounidense. Hay una persona que es responsable. Ese es el presidente Donald Trump».
El líder regional ha instruido al Operador Independiente de Sistemas Eléctricos para aumentar el precio en 10 dólares canadienses (aproximadamente 6,39 euros) por megavatio exportado a Estados Unidos. A pesar de esta subida, la medida tiene un carácter principalmente simbólico, ya que en 2023, Nueva York obtuvo aproximadamente el 4,4% de su electricidad de Ontario, mientras que las importaciones desde Míchigan y Minnesota fueron incluso menores. De acuerdo a datos de 2024, menos del 1% de la electricidad del operador fue exportada a EE.UU.
El Gobierno de Ford ha indicado que espera recaudar hasta 400.000 dólares canadienses al día a cuenta del recargo
Este ingreso se destinará a apoyar a los trabajadores, las familias y las empresas de Ontario. Anteriormente, Ford había anunciado una prohibición para que las empresas estadounidenses puedan optar a contratos públicos ofrecidos por su Gobierno hasta que se eliminen los aranceles contra Canadá. “Cada año, el Gobierno de Ontario destina 30.000 millones de dólares a contratación, eso obviando el plan por 200.000 millones de dólares para desarrollar Ontario”, afirmó.
Además, Ford informó sobre la ruptura del acuerdo de casi 100 millones de dólares canadienses (63,9 millones de euros) con Starlink, el proveedor de internet de Elon Musk, argumentando que no se harían negocios con aquellos que buscan dañar la economía canadiense. Por otro lado, la Junta de Control de Licores de Ontario (LCBO) retirará todos los productos estadounidenses de sus estanterías y catálogos, impidiendo su venta en empresas hosteleras o minoristas. Ford destacó que la LCBO comercializaba 1.000 millones de dólares canadienses (639,3 millones de euros) en bebidas espirituosas importadas de Estados Unidos.