El presidente de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), Carlos San Basilio, ha manifestado que existe una percepción generalizada en Europa de que se ha llegado «demasiado lejos» en el ámbito regulatorio, lo que ha generado una réstistica a la evolución de los mercados públicos. Durante su intervención en el Foro Creo, San Basilio destacó que tanto la Comisión Europea como las autoridades nacionales y supervisoras reconocen que se han incrementado las cargas tanto para empresas como para inversores.
En este contexto, el presidente de la CNMV ha planteado la necesidad de reconsiderar parte de la regulación vigente. «La cuestión es cómo lo hacemos, porque no se trata de desregular. El mantra es aligerar cargas sin renunciar a los valores», afirmó. Es esencial, según San Basilio, conservar elementos clave como la protección del inversor y la sostenibilidad.
La cuestión es conseguir la forma de trasladar estos cambios a los agentes del mercado de forma que puedan mantener su competitividad
Asimismo, hizo hincapié en la urgente situación de los inversores minoristas, quienes se alejaron de los mercados europeos tras la crisis financiera. San Basilio mencionó que si las exigencias para invertir en activos convencionales, como acciones o bonos, son excesivas, se corre el riesgo de expulsar a estos inversores, subrayando la necesidad de encontrar un equilibrio.
Con respecto a la simplificación normativa, citó ejemplos como la directiva ‘ómnibus’ de la Comisión Europea, que promueve una reducción significativa de los indicadores necesarios para las empresas. Sin embargo, matizó que no es conveniente disminuir drásticamente el alcance de estas obligaciones. En su opinión, es crucial mantener principios fundamentales que guíen la estrategia y gobernanza de las empresas, incluidas la sostenibilidad y la diversidad.
Por otro lado, San Basilio abogó por la creación de incentivos que permitan a los inversores diversificar más allá de depósitos y letras, apuntando hacia acciones, bonos y fondos de inversión. En este sentido, defendió una iniciativa liderada por el ministerio de Economía junto a otros países para establecer una etiqueta europea de ahorro e inversión, inspirada en la exitosa propuesta de Suecia. «Hay que hacer las cosas de forma diferente si queremos obtener resultados diferentes», concluyó San Basilio, con el objetivo de revitalizar los mercados y fomentar el crecimiento sostenido de las economías europeas.
En una perspectiva más amplia, San Basilio destacó la resiliencia de los mercados españoles, tanto en términos coyunturales como estructurales, a pesar de los retos como los aranceles impuestos por Trump y el apagón del 20 de abril, durante el cual la Bolsa continuó operando con normalidad. Sin embargo, reconoció que es necesario mejorar la situación actual, sobre todo ante la reducción del número de empresas cotizadas.
Finalmente, se centró en el crecimiento del sector de capital riesgo, que ha experimentado un aumento significativo en los últimos años, alcanzando niveles de financiación acumulada entre 40.000 y 50.000 millones de euros. Sin embargo, lamentó que solo el 2% de estos fondos esté invertido en acciones cotizadas en la Bolsa española, enfatizando la importancia de que esta vuelta a la inversión pública devuelva a la Bolsa su papel de alternativa de inversión para empresas que buscan un crecimiento a largo plazo.
