A partir del próximo verano, las compras en plataformas de bajo coste como Shein o Temu sufrirán un cambio radical en la Unión Europea, que impondrá una nueva tasa de tres euros a los pedidos de pequeño importe realizados desde fuera del bloque comunitario. Esta medida afectará a los paquetes cuyo valor no supere los 150 euros, un umbral que hasta ahora estaba exento de aranceles y que ha impulsado la expansión del comercio electrónico en la región. Según datos de la Comisión Europea, un 91% de los aproximadamente 12 millones de paquetes diarios de bajo coste que llegan a la UE provienen de China, donde minoristas como Temu y Shein han conquistado millones de consumidores gracias a precios bajos, envíos rápidos y campañas publicitarias muy efectivas. La imposición de esta tasa tiene como objetivo controlar el flujo masivo de estos envíos, garantizar que cumplan con las normas europeas y proteger a los fabricantes comunitarios de la competencia desleal.
El Consejo de la UE acordó que la tasa de tres euros se aplicará a cada tipo de artículo dentro de un paquete. Por ejemplo, si un paquete contiene diez camisetas, se abonarán tres euros, mientras que si incluye cinco camisetas y cinco pantalones, el arancel ascenderá a seis euros. Aunque la medida no menciona expresamente a China, su impacto recaerá principalmente sobre los envíos procedentes de ese país, que representan más del 90% de los paquetes de bajo coste importados. En 2024, la UE recibió productos de este tipo por un valor de 4.600 millones de euros, el doble que el año anterior, lo que refleja un crecimiento exponencial del comercio electrónico transfronterizo.
La tasa, que entrará en vigor el 1 de julio de 2026, es provisional y se mantendrá hasta que se implemente la reforma arancelaria definitiva prevista para 2028. Con ella, la UE pone fin a la exención de los paquetes de menos de 150 euros, vigente desde 1980 y reforzada en la práctica durante la expansión del comercio electrónico. La Comisión Europea, a través de su responsable de Comercio Maros Sefcovic, promovió esta iniciativa, que recibió el respaldo del Ecofin en noviembre pasado, con el objetivo de establecer un mecanismo que permita un control más eficaz de los envíos, evite la entrada de productos que no cumplan las normas europeas y asegure una recaudación más justa.
Según explica el ministro español de Economía, Comercio y Empresa, Carlos Cuerpo, gravar los pequeños paquetes permitirá “controlar el flujo de este tipo de compras” y proteger a la industria europea. Esta medida se suma a otras propuestas recientes de la Comisión Europea, como la tasa de gestión de dos euros que aún está pendiente de aprobación. Con la entrada en vigor de la nueva tasa, se estima que se cerrará la puerta a prácticas que han triplicado el número de envíos desde 2022 y que han complicado la labor de las autoridades aduaneras.
El dinero recaudado con esta tasa se destinará al presupuesto común de la UE y no a las arcas de los Estados miembros. Esto podría reducir las aportaciones nacionales a las finanzas comunitarias, ya que la Unión se financia con los llamados recursos propios, incluyendo impuestos europeos y contribuciones de los Estados. En paralelo, se espera que esta medida tenga un efecto sobre los consumidores, que podrían ver incrementados los costes de los pedidos de bajo coste, así como sobre los minoristas extranjeros, que deberán ajustar sus estrategias logísticas y de precios para mantener la competitividad en el mercado europeo.
