La agencia de calificación crediticia S&P Global Ratings ha elevado la nota de solvencia a largo plazo para la deuda soberana de India a ‘BBB’ desde ‘BBB-‘. Esta actualización mantiene una perspectiva estable, incluso frente a la reciente amenaza de aumento de aranceles por parte de Donald Trump. A pesar de la potencial duplicación de aranceles en un 50% sobre las exportaciones indianas hacia Estados Unidos, S&P considera que el impacto sobre la economía india «será manejable».
Esta mejora refleja un crecimiento dinámico y un entorno de política monetaria reforzada que afianza las expectativas inflacionarias en el país. Además, el compromiso del Gobierno indio con la consolidación fiscal y la mejoría en la calidad del gasto han beneficiado las métricas crediticias. Esto posiciona a India entre las economías «con mejor desempeño del mundo». Tras una notable recuperación post-pandemia, la previsión es que el crecimiento del PIB alcance el 6,8% anual durante los próximos tres años, ejerciendo un efecto moderador sobre la ratio de deuda pública, a pesar de los déficits fiscales persistentes.
Creemos que el efecto de los aranceles estadounidenses en la economía india será manejable
El análisis destaca la limitada dependencia del comercio exterior, señalando que alrededor del 60% del crecimiento económico de India proviene del consumo interno. En un contexto donde podría cesar la importación de petróleo ruso debido a presiones de Estados Unidos, se proyecta que el coste fiscal sería «moderado» si fuera asumido por el Gobierno indio, gracias a la reducida diferencia de precios entre el crudo ruso y los índices de referencia actuales.
India había mostrado un contexto fiscal debilitado, considerado el aspecto más vulnerable de su perfil crediticio. Sin embargo, con la recuperación económica bien encaminada, se proyecta una reducción gradual del déficit: un 7,3% del PIB para 2026, disminuyendo al 6,6% para 2029.
En cuanto a la política monetaria, la adopción de un sistema de metas de inflación «ha dado sus frutos». Las expectativas inflacionarias están más ancladas que hace una década, con un crecimiento promedio del IPC del 5,5% en los últimos tres años, a diferencia de los picos de dos dígitos registrados entre 2008 y 2014.
La agencia advierte que la nota de solvencia podría rebajarse si se observa una erosión en el compromiso político con la consolidación fiscal o una desaceleración del crecimiento económico que socave la sostenibilidad fiscal. Por el contrario, se contemplaría una mejora del rating soberano si los déficits se reducen significativamente, permitiendo una estabilización de la deuda pública general por debajo del 6% del PIB de manera estructural.
