El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha expresado su satisfacción este jueves con la decisión del Tribunal de Apelaciones del Circuito Federal, que levantó el bloqueo a la mayoría de los aranceles impuestos. Sin embargo, no ha escatimado en críticas hacia los jueces que emitieron la orden inicial, a quienes acusa de causar un «grave daño» al país con un dictamen que califica de «erróneo y político».
En un mensaje a través de su plataforma Truth Social, Trump afirmó: «El Tribunal de Comercio Internacional (CIT) dictó una sentencia increíblemente desfavorable para Estados Unidos en relación con unos aranceles que se necesitaban desesperadamente, pero, afortunadamente, el pleno de los once jueces del Tribunal de Apelación del Circuito Federal acaba de suspender la orden».
El mandatario cuestionó cómo es posible que dicha decisión haya sido aclamada en todo el mundo, excepto en Estados Unidos, y advirtió que, si se formalizara, sería «la sentencia financiera más dura que se nos haya impuesto jamás como nación soberana». Además, Trump argumentó que el país «perdería billones de dólares, dinero que haría que Estados Unidos volviera a ser grande».
Es tan errónea y tan política
En su discurso, ha insistido en que la sentencia es una «amenaza» para el país y ha solicitado que la Corte Suprema revoque la decisión «de forma rápida y decisiva». Asimismo, ha criticado el argumento del Tribunal de Comercio Internacional sobre su supuesta extralimitación de poderes, afirmando que «se debe permitir al presidente proteger a Estados Unidos de aquellos que le están causando daño económico y financiero».
Respecto al proceso legislativo para la aprobación de los aranceles, Trump minimizó su importancia, sugiriendo que implicaría una larga discusión en el Congreso, lo que «destruiría el poder presidencial». En contraste, ha defendido que su política arancelaria ha sido un éxito, permitiendo la entrada de «muchos billones de dólares desde otros países».
Trump también ha cuestionado a los tres jueces que bloquearon los aranceles, preguntando: «¿Se trata simplemente de odio hacia Trump? ¿Qué otra razón podría haber?» Al referirse a la influencia de jueces de la «izquierda radical», mencionó a Leonard Leo, a quien acusa de «odiar a Estados Unidos» y criticó la relación que tuvo con la Sociedad Federalista durante su mandato.
Finalmente, el presidente ha expresado su decepción con la organización conservadora, que desempeñó un papel en la selección de jueces durante su administración, instando a la magistratura a «siempre hacer lo que es correcto para el país».
