El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha sorprendido una vez más al anunciar la imposición de aranceles significativos contra un grupo de naciones como Filipinas, Argelia, Iraq, Libia, Sri Lanka, Brunéi y Moldavia. Esta medida se da en el contexto de la guerra comercial que comenzó hace meses, y se prevé que entre en vigor el 1 de agosto.
Gravámenes específicos y su impacto global
Trump ha especificado en su plataforma de redes sociales, ‘Truth Social’, que las importaciones de estos países enfrentarán diferentes niveles de tarifas al entrar en los Estados Unidos. Filipinas verá una tarifa del 20%, Moldavia y Brunéi del 25%, y Libia, Iraq, Argelia y Sri Lanka, un impuesto más alto del 30%. Estos aranceles se suman a las recientes tasas impuestas de 25% a 40% a otras naciones, incluyendo a Japón, Corea del Sur y Myanmar, entre otras.
Trump aseguró ayer que no prorrogará más allá del 1 de agosto la aplicación efectiva de los aranceles específicos por países
El presidente ha dejado claro que la fecha es inamovible. En una intervención en Washington, afirmó su intención de aplicar un adicional de 10% a los países BRICS, como China y Rusia, si persisten en sus políticas percibidas como «antiamericanas».
Consecuencias y acciones a nivel empresarial
Ante posibles represalias de los países afectados, Trump ha advertido que cualquier medida equivalente será sumada a las tarifas ya anunciadas por Estados Unidos. Ha catalogado los déficits comerciales actuales como «insostenibles» y peligrosos para la seguridad nacional y la economía del país. Además, ha extendido una invitación explícita al mundo a abrir sus mercados, eliminando barreras de todo tipo, para considerar ajustar las tasas arancelarias.
Paralelamente, animó a las empresas a invertir dentro de las fronteras de Estados Unidos al recordar que los productos fabricados allí no estarán sujetos a aranceles
Así, la Administración Trump promete facilidades burocráticas y una rápida tramitación de expedientes para las empresas que elijan fabricar en EE.UU.
