El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha firmado este miércoles una nueva proclamación presidencial que impone severas restricciones migratorias, ampliando notablemente las políticas adoptadas durante su primer mandato. A partir del próximo lunes, 9 de junio, Estados Unidos prohibirá completamente la entrada de ciudadanos de doce países y restringirá el acceso desde otros siete. La decisión ha generado una oleada de críticas tanto a nivel nacional como internacional, al tiempo que se enmarca en un contexto de creciente tensión política y de seguridad dentro del país.
En el anuncio, Trump declaró: "He decidido restringir y limitar completamente la entrada de ciudadanos de los siguientes doce países: Afganistán, Birmania (Myanmar), Chad, República del Congo, Guinea Ecuatorial, Eritrea, Haití, Irán, Libia, Somalia, Sudán y Yemen". Según el mandatario, el ingreso de ciudadanos de estas naciones sería "perjudicial para los intereses" de Estados Unidos. A partir del 9 de junio, se suspenderá la emisión de visados para ciudadanos de estos países, incluyendo visas de turismo, trabajo, estudios y asilo.
Además de este veto total, se han establecido restricciones adicionales para ciudadanos de Burundi, Cuba, Laos, Sierra Leona, Togo, Turkmenistán y Venezuela. Aunque a estas personas no se les prohibirá completamente el ingreso, se limitarán los tipos de visado que podrán obtener, se reducirá la duración de sus estancias y se aplicarán controles más rigurosos de verificación. La proclamación incluye ciertas excepciones para residentes permanentes legales en EEUU, titulares de visados válidos previamente expedidos, algunas categorías específicas de visado (por ejemplo, diplomáticos o casos humanitarios), y personas cuya entrada se considere de "interés nacional". Sin embargo, los términos exactos de estas excepciones aún no han sido detallados por el Departamento de Seguridad Nacional (DHS).
Trump ha justificado esta drástica decisión haciendo referencia al reciente atentado terrorista ocurrido en Boulder, Colorado, el pasado domingo. En dicho ataque murieron varias personas y el autor, actualmente detenido, era un ciudadano extranjero que había entrado con un visado de turista que había caducado en 2023. "No podemos permitir la migración abierta desde ningún país en el que no podamos examinar y seleccionar de forma segura y fiable a quienes desean entrar", declaró Trump en un vídeo difundido en Truth Social, su plataforma personal de comunicación.
El mandatario también citó un informe conjunto elaborado por los departamentos de Estado y de Seguridad Nacional, encargado a principios de su segundo mandato en enero de 2025. El documento, según fuentes de la Casa Blanca, evalúa las "actitudes hostiles hacia Estados Unidos" por parte de ciertos países y sus sistemas de cooperación en materia de seguridad, identificación biométrica y control migratorio.
Reacciones y contexto político
Diversos sectores sociales y políticos han reaccionado con dureza ante el anuncio. Organizaciones de derechos humanos, como Human Rights Watch y la ACLU, han criticado la medida por considerarla discriminatoria y desproporcionada. En particular, destacan que muchos de los países vetados tienen mayorías musulmanas, lo que recuerda al controvertido "veto musulmán" de 2017, también implementado por Trump y finalmente avalado por la Corte Suprema en 2018.
Varios gobiernos afectados, como los de Irán, Somalia y Haití, ya han emitido protestas formales y han advertido sobre el posible deterioro de sus relaciones diplomáticas con Washington.
En el ámbito nacional, líderes demócratas han acusado al presidente de utilizar el miedo como herramienta electoral, especialmente en un año marcado por la campaña para su reelección. Trump, por su parte, ha culpado directamente a su predecesor, Joe Biden, de haber debilitado las políticas de control fronterizo y permitir la entrada masiva de "ilegales" durante su administración.


