La llegada del 5G ha marcado un antes y un después en la manera en que las personas viajan, se hospedan y experimentan los destinos turísticos. La quinta generación de redes móviles, que todavía no ha desplegado todo su potencial, no es solo una mejora técnica sobre el 4G; representa una auténtica revolución que promete transformar profundamente la industria del turismo. Con velocidades hasta cien veces superiores, una latencia casi nula y la capacidad de conectar millones de dispositivos a la vez, el 5G abre paso a una nueva era de viajes inteligentes, inmersivos y personalizados.
En España, esta tecnología ya es una realidad. El 5G opera en quince grandes ciudades -Madrid, Barcelona, Valencia, Sevilla, Málaga, Zaragoza, Bilbao, Vitoria, San Sebastián, La Coruña, Vigo, Gijón, Pamplona, Logroño y Santander-, y en 2024 alcanzó el 96% de cobertura nacional, llegando incluso al 80% de las zonas rurales. Esta expansión sitúa al país a la vanguardia europea en conectividad y sienta las bases de un nuevo modelo turístico basado en la innovación. Telefónica, Vodafone y Orange ya han desplegado redes específicas en enclaves de alto valor turístico, desde resorts de la Costa del Sol hasta hoteles urbanos en Madrid o Barcelona.
El 5G ya opera en quince grandes ciudades españolas
El turismo es un sector estratégico que representa cerca del 10% de la economía mundial y más de 350 millones de empleos, uno de cada diez a nivel global. En España, donde el turismo es motor histórico, la adopción tecnológica se ha convertido en un factor clave de competitividad. Según datos de Spain is Excellence y Telefónica, el 84% de los viajeros considera su smartphone una herramienta esencial durante los viajes, y más del 50% de los turistas de alto poder adquisitivo lo utiliza para gestiones directamente vinculadas con su experiencia: desde pagos y reservas hasta trabajo remoto. La conectividad ya no es un complemento, sino el corazón de la experiencia turística moderna.
El 84% de los viajeros considera su smartphone una herramienta esencial durante los viajes
El 5G amplifica esta transformación al ofrecer conexión instantánea, estable y segura, haciendo posible un nuevo tipo de turismo inmersivo. Las experiencias con realidad virtual o aumentada permiten recorrer destinos de forma híbrida, combinando lo físico con lo digital. En Barcelona, el proyecto ‘5G Interactive City’ permitió a los turistas explorar el Paseo de Gracia con gafas de realidad mixta conectadas a la red 5G, accediendo a información histórica, rutas y promociones en tiempo real. En Dubái, algunos recorridos turísticos incorporan hologramas que recrean escenas del pasado. Este tipo de iniciativas enriquecen la experiencia del visitante, diversifican la oferta y ayudan a reducir la saturación de ciertos lugares, al fomentar experiencias digitales y sostenibles.
Los hoteles también están viviendo su propia revolución conectada. El Meliá Madrid Serrano, en colaboración con Telefónica y Ericsson, ha desarrollado un proyecto pionero con red 5G ‘stand-alone’ que permite traducción simultánea, automatización de servicios mediante inteligencia artificial y conexión ultrarrápida para videoconferencias o streaming. El futuro del ‘hotel inteligente’ se acerca: control de temperatura y luz mediante voz o gestos, recomendaciones personalizadas, robots de asistencia o check-in sin contacto. Gracias al Internet de las Cosas (IoT), cada habitación puede convertirse en un entorno interactivo en el que todo está interconectado para optimizar la comodidad del huésped y la eficiencia energética.
El transporte y la movilidad turística también se benefician de la nueva conectividad. Aeropuertos, estaciones y puertos incorporan sensores IoT y cámaras de alta definición conectadas por 5G para gestionar flujos de pasajeros, reforzar la seguridad y reducir los tiempos de espera. En China, los aeropuertos que operan con 5G han logrado que los procesos de embarque se realicen en la mitad de tiempo gracias al reconocimiento facial y la automatización. En Europa, el proyecto 5G-Tours demostró que una red de autobuses turísticos conectados podía ofrecer información aumentada en tiempo real sobre monumentos y puntos de interés.
El impacto del 5G también se siente en el ámbito financiero. Las soluciones Fintech, combinadas con esta conectividad, facilitan pagos instantáneos, seguros y sin comisiones. Las eSIM -tarjetas virtuales que permiten conectarse sin necesidad de chip físico-, ya son utilizadas por entre el 10% y el 15% de los viajeros internacionales, y el 90 % afirma que estaría dispuesto a usarlas en su próximo viaje. Este avance simplifica la experiencia del turista y ofrece oportunidades a hoteles y destinos que pueden integrarlas como parte de sus servicios, garantizando conexión inmediata desde el momento de la llegada.
La cultura es otro ámbito donde el 5G abre horizontes. Museos y espacios patrimoniales pueden ofrecer experiencias interactivas mediante realidad aumentada, visitas virtuales o reconstrucciones digitales en 3D. Esto no solo hace más atractiva la oferta cultural, sino que la vuelve más accesible, especialmente para personas con movilidad reducida o visitantes que no pueden desplazarse. En este sentido, la conectividad actúa como democratizadora del patrimonio y refuerza la inclusión cultural.
Más allá de la experiencia individual, el turismo 5G habilita la inteligencia colectiva: la posibilidad de recopilar y analizar en tiempo real grandes volúmenes de datos sobre flujos de visitantes, consumo, transporte o sostenibilidad. El Big Data, impulsado por la baja latencia del 5G, permite a las administraciones anticipar saturaciones, regular accesos y diseñar estrategias para distribuir la demanda de forma equilibrada. De este modo, los destinos pueden mejorar la experiencia del viajero y, al mismo tiempo, proteger su entorno natural y patrimonial.
No obstante, la implantación del 5G también plantea desafíos. La inversión en infraestructura es elevada, sobre todo en zonas rurales o emergentes. Los hoteles y operadores deben adaptar sus sistemas, formar al personal y garantizar la seguridad de los datos. La hiperconectividad implica más puntos potenciales de vulnerabilidad, por lo que la ciberseguridad y el cumplimiento de normativas como el RGPD son fundamentales. Además, el riesgo de generar nuevas brechas digitales entre destinos o viajeros con distinto acceso tecnológico es real. La tecnología, por tanto, debe ponerse al servicio de la inclusión, no de la exclusión.
Otro reto es preservar la autenticidad de la experiencia. El equilibrio entre lo digital y lo humano será clave. La tecnología no debería sustituir la esencia del viaje, la emoción, el descubrimiento o el contacto humano, sino complementarla.
A pesar de estos retos, el potencial del 5G es enorme. Su integración con inteligencia artificial, IoT, blockchain o realidad extendida abrirá un horizonte de innovación sin precedentes. Se estima que, a medida que se consoliden las redes 5G independientes, el valor económico generado en sectores como el turismo, la educación o la salud superará los 14.000 millones de euros en España. Los destinos que adopten tempranamente esta tecnología mejorarán su competitividad y estarán preparados para las próximas generaciones de conectividad, como el 10G, que ya se prueba en Asia.
El turismo del futuro será más interactivo, seguro, sostenible y personalizado. Un viajero podrá planificar su visita con ayuda de inteligencia artificial, realizar un recorrido virtual del hotel, recibir recomendaciones en tiempo real según el clima o su estado de ánimo, pagar con reconocimiento facial y disfrutar de experiencias culturales inmersivas conectadas a la red 5G. Incluso tras su regreso, podrá seguir vinculado al destino a través de contenidos digitales o comunidades virtuales. Todo ello impulsado por una infraestructura invisible pero omnipresente que conecta personas, lugares y emociones.
El verdadero desafío no será tecnológico, sino humano y estratégico: integrar la innovación con la identidad, la eficiencia con la sostenibilidad y la conectividad con la experiencia. Porque la transformación del turismo no depende solo de la velocidad de descarga, sino de la capacidad de los destinos para usar la tecnología en favor del bienestar y del conocimiento. En un mundo hiperconectado, el turismo 5G puede ser mucho más que una revolución digital: puede convertirse en un nuevo lenguaje para redescubrir el mundo, más ágil, más inteligente y, sobre todo, más humano.


