El laboratorio sueco-británico AstraZeneca ha anunciado una inversión de 50.000 millones de dólares (42.872 millones de euros) en los Estados Unidos hasta 2030. Este movimiento estratégico busca aumentar su capacidad manufacturera e investigación y desarrollo (I+D) en el país norteamericano. Esta decisión también responde a las presiones del presidente Donald Trump para que las farmacéuticas produzcan dentro del país, evitando así la imposición de aranceles.
El plan de expansión incluye la construcción de una nueva planta de fabricación en Virginia. Esta planta se dedicará a la producción de medicamentos de la innovadora cartera de control de peso de la compañía. Representará la mayor inversión individual de AstraZeneca en fabricación a nivel mundial.
Además, la inversión incluye la ampliación de instalaciones de I+D en Gaithersburg (Maryland), un centro de investigación de vanguardia en Kendall Square, Cambridge (Massachusetts), y instalaciones de fabricación para terapia celular en Rockville (Maryland) y Tarzana (California).
Se prevén también mejoras en los centros de Mount Vernon (Indiana) y en Coppell (Texas), así como nuevas instalaciones para ensayos clínicos. Según AstraZeneca, estas inversiones podrían generar decenas de miles de nuevos empleos directos e indirectos altamente cualificados en territorio estadounidense, donde la compañía ya emplea a más de 18.000 personas. El secretario de Comercio de EE.UU., Howard Lutnick, ha destacado que esta inversión histórica está generando decenas de miles de empleos en EE.UU. y garantizará que los medicamentos que se venden en nuestro país se produzcan aquí.
AstraZeneca prevé que este esfuerzo inversor permitirá a la compañía alcanzar unos ingresos totales de 80.000 millones de dólares (68.595 millones de euros) para 2030, con el 50% de estos ingresos generados en los Estados Unidos. Actualmente, EE.UU. representa el 42% de los ingresos de AstraZeneca, consolidándose como su mayor mercado. En 2024, la firma contribuyó con 5.000 millones de dólares (4.287 millones de euros) directamente a la economía estadounidense y generó un valor total de aproximadamente 20.000 millones de dólares (17.149 millones de euros).
