Boeing ha concretado la venta de su unidad de navegación aérea y activos relacionados a la firma de inversiones en software Thoma Bravo por un monto de 10.550 millones de dólares (equivalente a 9.190 millones de euros). Esta transacción incluye a las marcas Jeppesen, ForeFlight, AerData y OzRunways, que ahora pasarán a ser gestionadas por Thoma Bravo.
A pesar de este cambio, Boeing ha comunicado que mantendrá sus «principales capacidades digitales», las cuales aprovechan datos específicos de aeronaves y flotas para ofrecer servicios de mantenimiento, diagnóstico y reparación a sus clientes. Kelly Ortberg, presidente y consejero delegado de la compañía, ha destacado que "esta transacción es importante dentro de nuestra estrategia para centrarnos en los negocios principales, complementar el balance y priorizar la calificación crediticia de grado de inversión".
Además, Boeing ha expresado su compromiso de colaborar con Thoma Bravo para garantizar una transición "lo más fluida posible" para los aproximadamente 3.900 trabajadores que se verán afectados por la venta, incluyendo aquellos que se trasladarán a la nueva empresa y los que permanecen en Boeing. Se prevé que el cierre definitivo de la transacción ocurra a finales de 2025, sujeto a la aprobación de los organismos reguladores y a las condiciones de cierre habituales.
China planta cara a Boeing devolviendo aviones y reforzando su apuesta por la industria propia
La reciente devolución por parte de China de varios aviones Boeing 737 MAX marca un nuevo episodio en la escalada comercial entre Pekín y Washington. Esta medida llega tras la imposición mutua de aranceles: Estados Unidos gravó productos chinos con un 145% y China respondió con un 125% sobre bienes estadounidenses, incluidas las aeronaves, lo que ha encarecido significativamente la adquisición de estos aviones.
La decisión de suspender las entregas afecta directamente a Boeing, que ya atravesaba dificultades financieras. Esta situación podría favorecer a Airbus, su competidor europeo, que mantiene buenas relaciones con China. Además, pone en duda futuros acuerdos comerciales y debilita aún más la posición de Boeing en uno de sus mercados clave.
Este contexto también podría ser aprovechado por la empresa china COMAC, cuyo modelo C919 busca competir con Boeing y Airbus. Aunque aún depende de componentes extranjeros, las tensiones podrían acelerar el desarrollo de una industria aeronáutica más autosuficiente en China.
China paraliza la entrega de aviones Boeing y agrava la guerra comercial con EE. UU.
