CCOO ha manifestado sus preocupaciones sobre el impacto que el plan estratégico del Banco Sabadell, anunciado el pasado 24 de julio, podría tener en los empleados. Según el sindicato, el plan, que se extenderá hasta 2027, establece un «escenario exigente» para los trabajadores.
El sindicato reconoce que el plan es «un paso más en la defensa legítima» del banco frente a la OPA hostil de BBVA. Sin embargo, destaca que las cifras presentadas, como los 6.300 millones de euros de remuneración al accionista y un beneficio superior a 1.600 millones de euros en 2027, implican una «presión estructural» sobre la rentabilidad, lo cual podría derivar en «exigencias más intensas» sobre la productividad laboral.
La venta de TSB, que aún requiere la aprobación de la junta de accionistas del Sabadell, es percibida por CCOO como la pérdida de una «fuente relevante de ingresos». Ante este vacío, el sindicato advierte sobre una probable mayor exigencia comercial en el mercado español.
Esto puede traducirse en la necesidad de cubrir ese vacío con mayor exigencia comercial sobre la plantilla actual
La proyección de crecimiento de márgenes y volúmenes, «pero con los mismos recursos», es otra fuente de inquietud para el sindicato, que teme un deterioro del clima laboral y un incremento en los niveles de estrés de los empleados.
A pesar de no oponerse al reparto de dividendos anunciado, CCOO exige «mejoras salariales» y un «futuro laboral sólido», además de inversiones en tecnología y contrataciones. El sindicato afirma que los trabajadores son una «plantilla ‘premium'» y lamenta que «no tenemos cuatro manos» para asumir las expectativas del plan estratégico.
CCOO también señala que un nuevo sistema de incentivos vinculado a la generación de «valor» podría ser una excusa para recortar el variable tradicional.
«Tocará estar muy atento a su implementación», apostilla. En vistas al futuro, el sindicato indica que el nuevo plan crea un escenario que «requiere vigilancia y una defensa activa de las condiciones laborales».
