El próximo lunes, el ministro de Economía, Comercio y Empresa de España, Carlos Cuerpo, se enfrentará al irlandés Paschal Donohoe y al lituano Rimantas Sadzius por la presidencia del Eurogrupo, organismo que reúne a los ministros de Finanzas de la eurozona. Este periodo de dos años y medio estará marcado por complejas tensiones geopolíticas y el refuerzo del papel del euro frente al dólar. Aunque la candidatura española ha tenido una «buena acogida», según fuentes del Ministerio de Economía, Cuerpo debe convencer a una mayoría de ministros conservadores, incluidos siete del Partido Popular Europeo.
Paschal Donohoe, quien lidera el Eurogrupo desde 2020, es considerado el favorito, con siete de los once votos necesarios ya asegurados. El respaldo eslovaco de Robert Fico es por ahora la única muestra pública de apoyo a Carlos Cuerpo. Ante la posibilidad de varias rondas de votación, se ha señalado que podría retirarse el candidato menos votado entre los socialistas en la primera vuelta, dado que dos representantes comparten familia política socialista.
Históricamente, los candidatos españoles han encontrado dificultades en esta contienda. Tal es el caso de Nadia Calviño en 2020 y Luis de Guindos en 2015. Sin embargo, ambos lograron integrar otras instituciones europeas, lo que tranquiliza al Ministerio respecto a la distribución de cargos en la UE.
Más allá de nombres, partidos políticos o de representaciones geográficas lo que sí que estamos encontrando es mucho consenso dentro del Eurogrupo en la importancia de darle un impulso
Objetivos y expectativas de Carlos Cuerpo
Cuerpo se compromete a reforzar el papel internacional del euro y a garantizar la estabilidad financiera y responsabilidad fiscal. Señala que el Eurogrupo «puede y debe ser una palanca» para impulsar el proyecto común europeo. Esta visión coincide con un documento conjunto presentado anteriormente junto a las principales economías de la UE que promovía un papel más destacado para este foro.
Fuentes diplomáticas han enfatizado que esta iniciativa «trataba del fondo, no de los puestos» y buscaba «mejorar la eficacia del Eurogrupo» sin criticar a Donohoe ni respaldar necesariamente a Cuerpo.
