El incremento del gasto militar anunciado por el Gobierno de Pedro Sánchez tendrá un impacto significativo en varias regiones de España donde se encuentran industrias dedicadas a la fabricación de armamento, buques de guerra y sistemas de defensa. Este aumento del presupuesto beneficiará especialmente a aquellas zonas que ya cuentan con infraestructura y empresas especializadas en este sector, generando empleo y consolidando el papel de España en la industria de defensa a nivel internacional.
Una de las áreas que sin duda se verá favorecida es Cádiz, donde Navantia tiene una de sus principales sedes en San Fernando. Los astilleros gaditanos han sido clave en la construcción de buques militares, incluyendo las corbetas para Arabia Saudí y fragatas para la Armada Española. Este tipo de contratos, que requieren años de desarrollo y fabricación, generan un gran número de empleos directos e indirectos en la región. Con el aumento del gasto militar, se espera que el Gobierno apueste por nuevos encargos que refuercen la actividad de los astilleros y garanticen su viabilidad a largo plazo.
Otra comunidad que podría beneficiarse es Extremadura, donde la empresa Santa Bárbara Sistemas, filial del grupo General Dynamics, tiene una planta en Trubia, Asturias, dedicada a la fabricación de vehículos blindados y munición de gran calibre. Santa Bárbara ha sido responsable de la producción de carros de combate como el Leopard y el vehículo de combate sobre ruedas Dragón 8x8, dos elementos clave en la modernización del Ejército de Tierra. Si el Gobierno decide aumentar la inversión en material terrestre, es probable que estas instalaciones vean un crecimiento en la producción y la contratación de personal.
En el caso de Sevilla, Airbus Defence and Space cuenta con una planta en San Pablo donde se ensamblan los aviones militares A400M y C295. España ha apostado por la fabricación y modernización de sus capacidades aéreas, y el incremento del gasto en defensa podría traducirse en más pedidos de estos modelos, lo que aseguraría la carga de trabajo para los próximos años. Además, Sevilla es un polo de innovación en la industria aeronáutica militar, con centros de investigación y desarrollo vinculados a Airbus y al Ejército del Aire.
Murcia, y en concreto Cartagena, es otro de los puntos estratégicos de la industria militar española. En esta ciudad se encuentra otro de los astilleros de Navantia, especializado en la construcción y mantenimiento de submarinos. Actualmente, el astillero cartagenero es el responsable del programa S-80, con el submarino S-81 Isaac Peral como primer modelo de una nueva clase de sumergibles diseñados íntegramente en España. Con un mayor presupuesto para defensa, es previsible que la Armada amplíe su flota de submarinos y modernice sus capacidades, asegurando así la continuidad del trabajo en estos astilleros.
Otra de las zonas clave es Ferrol, en la provincia de La Coruña, donde Navantia también tiene presencia con astilleros dedicados a la construcción y reparación de buques militares. Recientemente, la compañía ha trabajado en la fabricación de fragatas F-110, un proyecto de alto valor estratégico para la Armada Española. Ferrol ha sido históricamente una ciudad vinculada a la industria naval y la inversión en defensa podría significar la revitalización del sector en la comarca, con la posibilidad de nuevos contratos tanto nacionales como internacionales.
Asturias también se posiciona como un polo emergente dentro del sector de defensa, con empresas como Escribano Mechanical & Engineering, que ha anunciado una importante inversión en Avilés para la construcción de un centro de investigación y desarrollo de sistemas militares. Esta compañía es una de las principales proveedoras de sistemas electroópticos y estaciones de armas para el Ejército y la Guardia Civil. Con una mayor asignación presupuestaria al sector, el crecimiento de empresas como esta permitirá la consolidación de Asturias como un actor relevante en la industria de defensa.
