El grupo suizo de artículos de lujo Richemont, conocido por su cartera de prestigiosas marcas como Cartier y Montblanc, ha reportado un beneficio neto atribuido de 2.751 millones de euros al cierre de su año fiscal, que concluyó en marzo. Este resultado representa una significativa mejora del 16,5% en comparación con el ejercicio anterior.
Las ventas anuales de Richemont alcanzaron los 21.399 millones de euros, lo que equivale a un crecimiento del 3,8%. Entre las cifras destacadas, se encuentra un incremento del 10% en Europa, donde las ventas sumaron 4.898 millones, y un crecimiento del 16% en América, que alcanzaron 5.236 millones. Japón mostró un notable aumento del 25%, totalizando 2.186 millones, mientras que Oriente Próximo y África crecieron un 15%, con ventas de 1.929 millones.
No obstante, Asia Pacífico enfrenta un desafío, ya que las ventas en esta región retrocedieron un 13%, cayendo a 7.150 millones de euros, impulsadas en parte por una disminución del 23% en los ingresos provenientes de China.
Las incertidumbres globales en curso requerirán de agilidad y una fuerte disciplina
Esta afirmación del presidente de la compañía, Johann Rupert, en la presentación de resultados, subraya la necesidad de adaptarse a un entorno de mercado cambiante y complejo. El desempeño de Richemont refleja la resiliencia y capacidad de adaptación de su modelo de negocio en un sector de lujo caracterizado por desafíos constantes.
