Ford y la empresa surcoreana SK Innovation han decidido disolver su empresa conjunta de fabricación de baterías en Estados Unidos. En lugar de gestionar las instalaciones conjuntamente, ambas compañías acordaron poseer y operar de forma independiente sus respectivas fábricas de producción. Esta medida marca un nuevo capítulo en los esfuerzos de Ford para reducir las pérdidas en su negocio de vehículos eléctricos. Según un comunicado recogido por Bloomberg, la unidad de baterías de SK Innovation, SK On, asumirá el control de la planta BlueOval SK en Tennessee, mientras que Ford se encargará de la gestión de su fábrica en Kentucky.
La separación se espera que concluya a finales del primer trimestre de 2026, sujeta a la aprobación de las autoridades correspondientes. Este movimiento se enmarca en un contexto desafiante para Ford, pues los cambios en la política estadounidense, especialmente bajo la administración del presidente Donald Trump, han multiplicado las dificultades en la transición desde los motores de combustión. La eliminación de incentivos para la compra de vehículos eléctricos y el endurecimiento de las normas de ahorro de combustible y emisiones son factores que han influido negativamente en el sector.
SK On aún planea mantener una asociación estratégica con Ford centrada en la planta de Tennessee
SK On, con sede en Seúl, ha informado que esta división de la empresa conjunta podría aumentar la productividad y mejorar la flexibilidad operativa. A pesar de la separación, la compañía sigue comprometida en su colaboración con Ford, especialmente en lo que respecta a la planta de Tennessee. La decisión pretende optimizar las operaciones y ajustar mejor las estrategias de cada empresa a sus objetivos individuales. Este cambio en la estructura empresarial no significa el fin de la cooperación entre SK Innovation y Ford, sino más bien una reorientación de sus relaciones hacia proyectos estratégicos específicos.
