Iberdrola ha anunciado una significativa oferta pública de adquisición (OPA) por el 16,2% del capital social de su filial brasileña Neoenergia, con la ambiciosa meta de garantizarse el control total del 100% de la entidad y proceder a su exclusión de la cotización en la bolsa. Actualmente, Neoenergia suministra electricidad a aproximadamente 40 millones de brasileños a través de cinco distribuidoras en diversos estados, consolidándose como el líder en distribución en Brasil por número de usuarios. Además, cuenta con más de 725.000 kilómetros de líneas de distribución eléctrica y 8.000 kilómetros de líneas de transporte, junto a una capacidad de generación renovable de 3.800 megavatios (MW).
En esta operación, Iberdrola propone el mismo precio por acción previamente pagado a su socio Previ, es decir, 32,5 reales brasileños (aproximadamente 52,5 euros), ajustado conforme a la tasa SELIC. El desembolso esperado, sin incluir modificaciones de la tasa SELIC ni posibles dividendos intermedios, se estima en alrededor de 1.030 millones de euros.
Tal y como señaló Iberdrola, este movimiento persigue simplificar la estructura corporativa de Neoenergia, proporcionando mayor flexibilidad operativa y financiera, además de reducir los costos relacionados con la cotización bursátil. Esta estrategia refleja un camino previamente transitado por la empresa con su filial estadounidense Avangrid, en la que completó el proceso de adquisición total a finales de 2024.
Iberdrola mostró claramente su compromiso y visión de futuro al destacar que esta transacción reafirma su apuesta por un modelo de negocio centrado en las redes eléctricas, que representan una gran mayoría del negocio de Neoenergia. A nivel global, la eléctrica ya gestionaba 1.400.000 kilómetros de líneas de transporte y distribución eléctrica en mercados clave como Estados Unidos, Reino Unido, Brasil y España.
El pasado septiembre, Iberdrola lanzó un plan estratégico para el periodo 2025-2028, donde prevé invertir 58.000 millones de euros, principalmente en el desarrollo de redes eléctricas
Los mercados principales de estas inversiones son el Reino Unido y Estados Unidos, que recibirán la mayor parte del capital, seguidos por la Península Ibérica y Brasil, además de otros países de la UE y Australia. Este esfuerzo refuerza su estrategia de crecimiento sostenible e influencia a nivel global en el sector energético.


