La automovilística surcoreana Kia ha reportado un beneficio neto de 4,661 billones de wones (aproximadamente 2.871 millones de euros) en el primer semestre del año. Este resultado representa una caída del 19,2% en comparación con los 5,766 billones de wones (3.553 millones de euros) obtenidos durante el mismo periodo del año anterior.
Asimismo, la facturación de Kia entre enero y junio ascendió a 57,367 billones de wones (35.347 millones de euros), lo que supone un incremento del 6,66% respecto a los 53,781 billones de wones (33.138 millones de euros) registrados en la primera mitad de 2024. El resultado operativo, por su parte, se situó en 5,773 billones de wones (3.557 millones de euros), lo que implica una caída del 18,33% frente a los 7,069 billones de wones (4.355 millones de euros) del mismo periodo del curso anterior.
El margen operativo sobre la facturación cerró el semestre en el 10,06%, aproximadamente tres puntos porcentuales menos que el 13,1% registrado hace un año. Durante este periodo, Kia vendió un total de 1,58 millones de unidades, un incremento del 2% respecto a las 1,55 millones de unidades entregadas a finales de junio de 2024.
La compañía cree que persistirá la incertidumbre del mercado global y ha señalado que seguirá respondiendo a ello con flexibilidad y una producción basada en la demanda
En cuanto a sus planes en Europa, Kia busca fortalecer su posición en el segmento eléctrico con el lanzamiento del modelo EV4 en el tercer trimestre. La compañía ha destacado su intención de implementar estrategias de incentivos centradas en la rentabilidad para responder a la volatilidad del mercado. A pesar de los desafíos, Kia se muestra optimista sobre su capacidad para adaptarse a las condiciones cambiantes y seguir creciendo en un entorno global incierto.
