El gigante textil Inditex ha culminado un proceso de transformación iniciado en 2018 y que hoy muestra resultados claros: vender más con menos tiendas. En estos siete años, la compañía ha reducido su red comercial en un 26%, pasando de 7.475 establecimientos a finales de 2018 a 5.528 a cierre de julio de 2025. Lejos de suponer un retroceso, este ajuste forma parte de un plan estratégico de optimización que ha demostrado ser exitoso: los datos del primer semestre fiscal de 2025 (febrero-julio) confirman que las ventas del grupo alcanzaron los 18.357 millones de euros, un 52 % más que en el mismo periodo de 2018.
El redimensionamiento de la red de tiendas no ha sido homogéneo entre las distintas marcas. Zara, buque insignia de la compañía, concentró el mayor número de cierres, con 717 establecimientos menos, lo que representa el 36,8% del total. Le siguieron Oysho, con 279, y Massimo Dutti, con 262. Aun así, Zara y Zara Home continúan siendo el motor principal del grupo, aportando 13.150 millones de euros en ventas, el 71 % del total, y con un crecimiento acumulado del 58% desde 2018. En paralelo, Stradivarius ha sorprendido al mercado al duplicar ingresos hasta 1.327 millones y triplicar beneficios hasta 616 millones.
España, principal mercado de Inditex, ha sido escenario de un ajuste más pronunciado. Desde 2019, el número de tiendas se redujo en un 31%, pero las ventas aumentaron en ese mismo porcentaje, lo que evidencia la efectividad de la estrategia de concentrar la actividad en espacios más grandes y mejor conectados con el canal online. A escala global, el tamaño medio de las tiendas ha crecido un 23%, ofreciendo experiencias inmersivas, con mayor integración digital.
La apuesta omnicanal ha sido determinante en este proceso. Inditex ha invertido en sistemas de Click & Collect, alarmas invisibles, puntos de entrega automatizados y nuevas propuestas de valor como los espacios The Apartment, que combinan moda con cafeterías premium. Destacan también las megatiendas insignia, como la de Manchester, equipada con tecnología para automatizar pagos y liberar a los empleados para una atención más personalizada. Este modelo responde a los nuevos hábitos de consumo, donde la interacción entre la tienda física y la compra online es fundamental: dos de cada tres devoluciones y un tercio de los pedidos digitales se gestionan en tienda.
En bolsa, el grupo ha vivido una montaña rusa. Tras presentar resultados, sus acciones llegaron a dispararse un 7 % este miércoles, su mayor subida desde abril, convirtiéndose en el valor más alcista del Ibex 35 en el inicio de la sesión. Pese a ello, Inditex crece al menor ritmo desde la pandemia: las ventas aumentaron un 1,6 % en el primer semestre y el beneficio neto un 0,8%, hasta 2.791 millones de euros, por debajo de lo esperado por los analistas de Bloomberg (2.820 millones). La fuerte depreciación del dólar frente al euro ha pesado en sus cuentas, ya que el grupo vende en más de 200 mercados y reporta en euros.
Aun con este freno, analistas como los de RBC Capital Markets destacan que el arranque del segundo semestre es positivo: las ventas entre el 1 de agosto y el 8 de septiembre crecieron un 9% a tipo de cambio constante frente al año anterior. Javier Molina, analista de eToro, matiza que "Inditex cierra el primer semestre mostrando oficio más que aceleración", pero subraya que el margen bruto se mantiene sólido en el 58,3%. En su opinión, la compañía sigue mostrando "solidez con crecimiento contenido, donde el modelo integrado funciona, los márgenes se sostienen, pero no se expanden".
La capitalización bursátil de Inditex alcanzó este miércoles los 142.840 millones de euros, sumando 10.000 millones en apenas unas horas, equivalente a compañías como Acciona o Puig. El grupo también ha confirmado que el próximo 3 de noviembre repartirá un dividendo de 0,84 euros por acción, la segunda parte del pago de 1,68 euros aprobado en la junta de julio.
En un año en el que el Ibex 35 avanza más de un 30 %, Inditex sigue rezagada, con una caída del 8% en lo que va de 2025. Aun así, su capacidad para reinventar la red comercial, mantener márgenes sólidos y reforzar su omnicanalidad demuestra que, incluso en un entorno de crecimiento más moderado, el modelo Inditex conserva la robustez necesaria para seguir liderando el sector textil global.
