El presidente de Fomento del Trabajo y vicepresidente de la CEOE, Josep Sánchez Llibre, ha señalado que las empresas españolas que exportan a Estados Unidos podrían enfrentar pérdidas de entre 3.500 y 4.000 millones de euros debido a los aranceles actualmente vigentes, impuestos por el gobierno de Donald Trump. Estas estimaciones fueron presentadas durante un desayuno informativo organizado por Nueva Economía Fórum.
Sánchez Llibre destacó que estos cálculos son basados en los aranceles actuales, excluyendo los futuros incrementos del 120% o 150% que Trump había propuesto, pero que aún no han sido implementados. De acuerdo con las estimaciones de la CEOE, los sectores más perjudicados incluyen los manufactureros, metalúrgicos, químicos, farmacéuticos, cosméticos y agroalimentarios.
El presidente de la patronal catalana instó a seguir la línea del ministro de Economía, Carlos Cuerpo, buscando un acuerdo entre la Unión Europea y Estados Unidos. Afirmó que es fundamental atender también las dinámicas comerciales que involucran a China y España. “Estamos en un momento de espera a ver cuál va a ser el planteamiento, finalmente, de la política arancelaria del señor Trump”.
Además, señaló que las primeras consecuencias de las medidas adoptadas por Trump han resultado en un aumento de la inflación y el coste de vida para los consumidores estadounidenses, insinuando un impacto negativo general en la economía norteamericana. Para enfrentar este panorama, Sánchez Llibre propuso que la Unión Europea ponga en marcha rápidamente el Plan Draghi y el informe Letta para reindustrializar Europa a través de la digitalización y el aumento de la productividad.
“Son aspectos relevantes de lo que hemos de tener en el futuro los europeos si queremos ser competitivos”, destacó. Sobre la posibilidad de que la falta de Presupuestos Generales del Estado conduzca a elecciones anticipadas, admitió que los parlamentos han evolucionado y que existen mecanismos alternativos que permiten la continuidad legislativa.
En este contexto, subrayó la importancia de que el Gobierno mantenga el rumbo y que los empresarios exigen planteamientos de medio y largo plazo. “Los empresarios nos gusta que las legislaturas se acaben. Si no se acaba, quiere decir que las cosas no van en la buena dirección,” concluyó.
