Un grupo de trabajadores de la Vidriería Rovira, ubicada en el polígono de la Zona Franca de Barcelona, ha expresado su profunda preocupación por el posible cierre de la planta, que podría afectar a 168 familias. En una rueda de prensa celebrada en el Parlament, Joan Carles, un empleado con más de 35 años de trayectoria en la compañía, defendió la viabilidad de la empresa, señalando que «puede dar de comer a mucha gente, crear puestos de trabajo y funcionar».
Impacto del expediente de regulación de empleo
Los trabajadores, respaldados por diputados de diversas formaciones políticas como PSC, Junts, ERC, Comuns y CUP, señalaron que Vidriería Rovira forma parte del grupo multinacional estadounidense Owens-Illinois, que ha decidido promover un expediente de regulación de empleo (ERE) y trasladar parte de la producción a Francia. Esta situación ha generado inquietud, ya que su decisión afectará directamente a empresas que dependen de sus productos.
Los clientes de la fábrica son mayoritariamente empresas catalanas y del resto de España, quienes se verán en la obligación de buscar alternativas menos cercanas
Los trabajadores subrayaron que la planta cuenta con una superficie de 86.000 metros cuadrados y es capaz de producir diversos envases de vidrio, incluyendo los destinados a cava y cerveza. También hicieron un llamado a la Generalitat para que tome cartas en el asunto y se lleve a cabo un plan de reindustrialización que garantice la continuidad de la cadena de valor en la región, evitando así que la producción y el empleo se vean perjudicados.