Los fabricantes europeos han subrayado la urgente necesidad de un nuevo enfoque político en el Diálogo Estratégico sobre el Futuro de la Industria Automotriz, con el objetivo de lograr los ambiciosos objetivos de descarbonización. La directora general de la Asociación Europea de Fabricantes de Automóviles (ACEA), Sigrid de Vries, destacó la importancia de la reunión del próximo viernes 12 de septiembre.
De Vries ha afirmado que el encuentro debe sentar las bases para un enfoque político más pragmático y tecnológicamente neutro, permitiendo así la descarbonización del transporte por carretera en consonancia con los objetivos climáticos de París. Los fabricantes buscan que la Unión Europea implemente políticas específicas para turismos, furgonetas y vehículos pesados, abordando así las particularidades de cada mercado en el avance hacia los objetivos de descarbonización de la legislación comunitaria.
Desde la ACEA se resalta que el entorno económico actual exige un enfoque conjunto para alcanzar los objetivos de CO2 de la UE, promoviendo simultáneamente la competitividad y la resiliencia industrial. El comunicado de la asociación señaló que “Europa sigue dependiendo de los fabricantes asiáticos para la cadena de valor de las baterías”, mostrando preocupación por los costes energéticos y regulatorios más elevados en comparación con otras regiones.
Europa sigue dependiendo de los fabricantes asiáticos para la cadena de valor de las baterías
Durante el Salón del Automóvil de Múnich, la ACEA destacó la necesidad de reintroducir la perspectiva industrial en tecnologías que fomenten la transición hacia vehículos más eficientes. Un reconocimiento especial debe otorgarse a la fabricación de vehículos eléctricos pequeños y eficientes, subrayando su importancia en el contexto actual.
Los miembros de la ACEA están listos para participar en el Diálogo del viernes con la intención de discutir estos aspectos estratégicos. Las decisiones tomadas en este foro tendrán un impacto significativo no solo en la ruta de reducción de CO2 del transporte por carretera de la UE, sino también en su seguridad económica y cohesión social en las próximas décadas.
Las decisiones que se tomen ahora darán forma no sólo a la trayectoria de reducción de CO2 del transporte por carretera de la UE
