El escándalo fiscal conocido como ‘cum-cum’ ha tenido un nuevo desenlace en los Países Bajos. La Fiscalía neerlandesa ha impuesto una multa de 101 millones de euros a Morgan Stanley, destacada entidad bancaria estadounidense, por evasión fiscal. La infracción se relaciona con una práctica por la cual las acciones se transfieren temporalmente a un testaferro para evitar la tributación correspondiente a los dividendos.
Según el comunicado del organismo fiscal, la sanción afecta a dos entidades domiciliadas en Londres y Ámsterdam, vinculadas al banco. La cuantía de la multa se sitúa cerca del máximo permitido por la legislación vigente. La Fiscalía ha descubierto que Morgan Stanley creó una empresa en los Países Bajos para beneficiarse de las disposiciones fiscales que eximen a las sociedades neerlandesas de tributar por dividendos. Esta compañía se dedicó a adquirir acciones entre 2007 y 2012, reteniéndolas únicamente durante los periodos cercanos a la distribución de dividendos, generando así ingresos por 830 millones de euros.
Las implicaciones del aprovechamiento de exenciones fiscales
La filial neerlandesa del banco amortizó el impuesto sobre los dividendos mediante cinco declaraciones del impuesto de sociedades entre 2009 y 2013. Como consecuencia, Morgan Stanley evitó pagar 124 millones de euros en tributos, al trasladar los fondos obtenidos a otras jurisdicciones menos gravosas. Esta multa se suma al pago de impuesto más intereses que el banco ya realizó a finales de 2024 ante la Administración Tributaria neerlandesa.
Morgan Stanley se ha mostrado «satisfecha» con haber resuelto el asunto
En declaraciones recogidas por ‘Bloomberg’, un portavoz del banco confirmó esta satisfacción respecto al cierre del caso. El desenlace de esta investigación subraya la creciente vigilancia y regulación sobre prácticas financieras destinadas a evitar obligaciones tributarias.
