El consejo de administración de Puig, una destacada empresa española que opera en el sector de la moda, perfumes y cosmética, se preparará para la votación de varias decisiones significativas en su junta general ordinaria de accionistas, programada para el próximo 28 de mayo en primera convocatoria. Una de las propuestas sobre la mesa es la aprobación de un dividendo de 0,3768 euros brutos por acción, cuya efectiva distribución está fijada para el 12 de junio.
El orden del día enviado recientemente a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) también incluye la votación de un plan de incentivos a largo plazo destinado a consejeros ejecutivos y directivos. Este plan, denominado ‘Plan de Incentivo a Largo Plazo 2025-2029’, implica un importe máximo total para este fin de 167 millones de euros.
La estructura del plan se basa en la entrega de acciones de clase ‘B’ de Puig y se desarrollará a lo largo de cinco años, organizado en tres ciclos independientes que se solapan. El primer ciclo abarca desde el 1 de enero hasta el 31 de diciembre de 2027; el segundo, desde el 1 de enero de 2026 hasta el 31 de diciembre de 2028; y el tercero, desde el 1 de enero de 2027 hasta el 31 de diciembre de 2029. La compañía ha puntualizado que los importes comprometidos que no se utilicen efectivamente en cada ciclo, debido a razones como incumplimiento de objetivos o bajas, estarán disponibles para tramos futuros.
Adicionalmente, Puig y su grupo consolidado propondrán la reelección de su auditor de cuentas, EY, para el ejercicio social 2025, así como su designación como verificador de la información sobre sostenibilidad en el mismo periodo. Por último, se espera que la empresa apruebe el informe anual de remuneraciones de sus consejeros, correspondiente al ejercicio cerrado el 31 de diciembre, y examine las cuentas anuales individuales y el informe de gestión individual correspondientes al 2024.
