Repsol mantiene la esperanza de encontrar un marco adecuado en sus conversaciones con la Administración estadounidense bajo el liderazgo de Donald Trump, que le permita monetizar sus operaciones en Venezuela. Según indicó Josu Jon Imaz, el consejero delegado del grupo, en una conferencia con analistas, Repsol se adhiere rigurosamente a todas las leyes y regulaciones, tanto nacionales como internacionales, que son aplicables en sus operaciones venezolanas.
Imaz destacó que la empresa española no solo mantiene su presencia en Venezuela, donde provee de gas natural al mercado interno para respaldar su sistema eléctrico, sino que también lleva a cabo un diálogo «muy constructivo y transparente» con el gobierno de Estados Unidos. Este intercambio busca garantizar un entorno estable para sus actividades y establecer un mecanismo viable para monetizar su producción en el país caribeño.
De acuerdo con la documentación semestral enviada por Repsol a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), la compañía ha reducido su exposición patrimonial en Venezuela a 330 millones de euros al 30 de junio, frente a los 504 millones de euros registrados al cierre de 2024. Esta cifra incluye la financiación a sus filiales venezolanas, la inversión en Cardón IV y las cuentas por cobrar con PDVSA.
La producción neta de Repsol en Venezuela alcanzó los 70.500 barriles equivalentes de petróleo al día en el primer semestre, comparado con los 65.000 barriles diarios en el mismo período del año anterior
Revocación de permisos y participación en el país
La revocación por parte de la Administración de Trump de los permisos y exenciones para exportar crudo desde Venezuela afectó a Repsol y otras compañías como Chevron, Maurel et Prom y Eni, marcando una fecha límite para el cese de operaciones el 27 de mayo pasado. Repsol, sin embargo, sigue operando en Venezuela a través de su participación en consorcios de gas como Cardón IV y en empresas mixtas de crudo como Petroquiriquire.
