La compañía alemana de suministro energético RWE ha reportado un beneficio neto atribuido de 5.135 millones de euros en 2024, lo que representa un notable incremento del 238,9% en comparación con el año anterior, según cifras anunciadas la jornada del jueves. Sin embargo, la facturación total, que incluye la tasa al gas natural y a la producción de electricidad, alcanzó los 24.439 millones de euros, mostrando una disminución del 14,8%.
En términos de ingresos, el segmento de comercialización de energía, que es el principal componente del perfil de ingresos de RWE, experimentó una caída del 15,9%, contribuyendo con 21.047 millones de euros. Por otro lado, los ingresos derivados del gas crecieron en un 3,1%, sumando 1.805 millones de euros. El resultado bruto de explotación (Ebitda) ajustado de RWE fue de 5.680 millones de euros, lo que significa una disminución del 26,7% en comparación con 2023.
Al finalizar el año, la deuda neta de la compañía se incrementó en un 69,7%, alcanzando los 11.177 millones de euros. El consejero delegado de RWE, Markus Krebber, declaró que «dada la mayor incertidumbre en el entorno, hemos elevado las provisiones para futuras inversiones». A su vez, anunció que, como resultado de una gestión más rigurosa del riesgo y expectativas de rentabilidad más altas, la empresa invertirá menos de lo previsto hasta 2030.
Proyecciones para 2025 y dividendo
RWE ha esbozado sus previsiones para 2025, indicando que se anticipa que las ganancias ajustadas se sitúen entre los 1.300 y los 1.800 millones de euros. Asimismo, el Ebitda ajustado se estimará en un rango de 4.550 a 5.150 millones de euros. Adicionalmente, la compañía ha confirmado que repartirá un dividendo de 1,20 euros por acción en base a los resultados de 2024, lo que representa un aumento del 9,1% en comparación al año anterior. RWE tiene planes de incrementar este dividendo entre un 5% y un 10% anualmente hasta 2030.