Sacyr ha reportado un beneficio neto de 113 millones de euros en el ejercicio 2024, lo que representa un incremento del 7,2% en comparación con el año anterior. Este crecimiento se enmarca en un contexto donde el flujo de caja operativo de sus concesiones se disparó un 53%, alcanzando los 1.294 millones de euros, según se detalla en su cuenta de resultados.
La compañía ha experimentado una transformación significativa, posicionándose como una empresa puramente concesional. Este cambio ha llevado a que el resultado bruto de explotación (Ebitda) pierda relevancia en las comparativas, favoreciendo la partida de flujo de caja. La mayor parte de los activos de Sacyr operan con un riesgo de demanda mitigado o bajo, puesto que los ingresos se fijan por contrato y no dependen de los peajes abonados por los usuarios.
El Ebitda disminuye a medida que avanza el periodo de concesión, mientras que el flujo de caja aumenta
Esta dinámica provoca que, durante los primeros años de concesión, los ingresos y el Ebitda sean significativamente más altos, mientras que ambos tienden a disminuir con el tiempo. Este fenómeno también se observa a nivel fiscal, ya que los impuestos, que son inicialmente mayores en proporción al Ebitda, se reducen a lo largo del tiempo, lo que impacta en el beneficio neto después de impuestos.
Por otro lado, se registró una caída en el Ebitda del año pasado del 10%, alcanzando los 1.352 millones de euros, y la facturación también retrocedió un 0,8%, situándose en 4.571 millones de euros.