En un esfuerzo por abordar el desafío del desperdicio de alimentos en la industria hotelera, Silken Hotels, NH Hotels y Meliá Hotels International lideran el ranking de Too Good To Go en España. Estas cadenas han implementado soluciones circulares en sus desayunos y buffets, logrando salvar cientos de miles de packs de comida y reduciendo considerablemente las emisiones de CO2. Se estima que el 14% del desperdicio alimentario en el país proviene de hoteles y alojamientos turísticos, lo que representa más de 200 millones de euros en pérdidas económicas anuales.
El esfuerzo conjunto de Too Good To Go y los hoteles ha permitido salvar más de 490.000 packs de comida, evitando así la emisión de 1,3 millones de kg de CO2. Esta alianza no solo contribuye a la sostenibilidad, sino que también ofrece a los usuarios la posibilidad de disfrutar de desayunos de alta categoría a precios reducidos, con descuentos que oscilan entre el 60% y el 70% sobre el precio original. Ejemplos destacados incluyen al Silken Amara Plaza, NH Collection Finisterre y el INNSiDE by Meliá Barcelona Apolo, que se han consolidado como referentes en esta materia.
El desperdicio de alimentos en la industria turística española supone más de 200 millones de euros en pérdidas económicas anuales.
La iniciativa no se limita solo a unos pocos hoteles. La colaboración entre Too Good To Go y la industria hotelera involucra a decenas de cadenas en todo el país, desde Ilunion Hotels hasta Hyatt. Actualmente, 479 hoteles activos en España utilizan la aplicación de forma continua, mostrando un impacto concreto en la reducción del desperdicio y contribuyendo a la economía circular del sector.
En el primer semestre de 2025, los usuarios que compraron desayunos a través de la app experimentaron un ahorro significativo, pagando cerca de 4 euros por experiencias gastronómicas que normalmente costarían alrededor de 10 euros. Además, los hoteles se benefician con una serie de ventajas, como la disminución del desperdicio, reducción de costes operativos y generación de ingresos adicionales a través de la venta de excedentes.
La Ley de Prevención de las Pérdidas y el Desperdicio Alimentario también está incidiendo en este panorama. Esta normativa impone a toda la cadena alimentaria, incluidos los hoteles, la aplicación de medidas concretas para mitigar el desperdicio. Esta creciente conciencia social, junto con la presión regulatoria, obliga a la industria hotelera a adoptar soluciones eficaces frente al desperdicio alimentario, consolidando un movimiento hacia un turismo más sostenible.
