La industria del automotor recibe un nuevo revés con la decisión de Stellantis de desligarse de su inversión en Symbio, la colaboración con Michelin y Forvia SE destinada al desarrollo de vehículos a hidrógeno. Hace dos años, Stellantis había adquirido el 33,3% de esta empresa conjunta para potenciar su línea de furgonetas con motores de hidrógeno, como informó recientemente ‘Bloomberg’. Symbio, cuyo negocio depende en un 80% de la participación de Stellantis, enfrenta desafíos en el sector del hidrógeno debido a la falta de infraestructura, los altos costos y la carencia de normas estandarizadas.
La sostenibilidad energética y las alternativas al petróleo han estado bajo el foco de Symbio, sin embargo, el contexto actual ha inclinado la balanza hacia otras tecnologías. Los vehículos eléctricos a batería se han establecido como la principal opción para reemplazar los motores de combustión, tanto de gasolina como diésel, especialmente en Europa. Frente a esta realidad, la retirada de Stellantis subraya la necesidad de plantear nuevas estrategias industriales que sean más viables comercialmente.
Con Antonio Filosa al frente, quien fue jefe de Jeep, Stellantis tiene planes de remodelar su enfoque hacia la accesibilidad de los vehículos y resolver complicaciones en ambos mercados.
Antonio Filosa, nuevo líder, proyecta cambiar la táctica producto para introducir vehículos más asequibles y superar los obstáculos comerciales en EE.UU. y Europa
El sector del hidrógeno no es el único terreno complicado para Stellantis. La empresa intenta enderezar su rumbo en Europa y EE.UU. después de un periodo turbulento bajo el liderazgo de Carlos Tavares. La reestructuración propuesta por Filosa aspira a restablecer el posicionamiento competitivo de la empresa, adaptándose a las nuevas tendencias y demandas del mercado automovilístico.
Stellantis crece al 15,1% en ventas de coches híbridos en Europa durante abril
