El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha anunciado un acuerdo comercial «revolucionario» con el Reino Unido durante una rueda de prensa celebrada en el Despacho Oval de la Casa Blanca. Esta presentación se produjo en un contexto significativo, ya que el primer ministro británico, Keir Starmer, participó mediante videoconferencia coincidiendo con el 80 aniversario de la victoria aliada en la Segunda Guerra Mundial.
Trump ha señalado que este acuerdo permitirá reducir o eliminar numerosas barreras no arancelarias para los productos estadounidenses, afirmando que será «muy beneficioso» también para el Reino Unido. En sus palabras, «con este acuerdo, el Reino Unido se une a Estados Unidos para afirmar el principio de proximidad y equidad». Aunque los detalles finales se están redactando, el presidente ha calificado el acuerdo de «muy concluyente» y ha afirmado que casi todo ha sido aprobado.
Entre los aspectos destacados del acuerdo se incluye un nuevo acceso al mercado británico para la maquinaria química estadounidense y otros productos industriales, los cuales anteriormente no estaban disponibles en el Reino Unido. Además, Trump subrayó el papel del primer ministro británico, destacando que el Reino Unido es uno de los aliados más cercanos y queridos de EE.UU.
Este acuerdo es el primero de una serie de negociaciones comerciales que su administración ha estado llevando a cabo en las últimas cuatro semanas.
Por su parte, Keir Starmer expresó su satisfacción al lograr «un acuerdo realmente importante», calificándolo como «una plataforma increíble para el futuro» que impulsará el comercio entre ambos países. Según un comunicado del Gobierno británico, los aranceles estadounidenses sobre las exportaciones de automóviles se reducirán del 27,5% al 10% para una cuota de 100.000 automóviles del Reino Unido, que representa casi el total exportado el año pasado. También se eliminan los aranceles sobre el acero y el aluminio.
El acuerdo contempla, además, un nuevo acceso recíproco al mercado de la carne de vacuno con un cupo libre de aranceles para 13.000 toneladas métricas para los ganaderos británicos, manteniendo las normas alimentarias británicas para las importaciones. Asimismo, el arancel sobre el etanol, utilizado en la producción de cerveza, que llega al Reino Unido desde Estados Unidos, se reducirá a cero. Starmer concluyó que "este acuerdo histórico beneficia a las empresas y trabajadores británicos, protegiendo miles de empleos en sectores clave como la industria automotriz y el acero" y reafirmó que «el Reino Unido no tiene mayor aliado que Estados Unidos».
